“Las autoridades (rusas) comprenden sus obligaciones de respetar los derechos humanos fundamentales, pero optan no solo por ignorarlos sino por pisotearlos”, afirmó Damelya Aitkhozhina, investigadora sobre Rusia de Human Rights Watch en un comunicado de la ONG.
HRW constató que las autoridades rusas reprimieron la libertad de expresión y las protestas pacíficas mediante “la brutalidad policial, la violencia y las detenciones masivas”.
La organización defensora de los derechos humanos recordó que el pasado sábado la policía detuvo a más de 3.650 personas en toda Rusia que protestaban contra el arresto del líder de la posición extraparlamentaria Navalni y contra la corrupción estatal.
“Hubo numerosos informes de uso excesivo de la fuerza por parte de la policía, incluidas palizas, con muchas fotografías o filmaciones hechas por los medios de comunicación o ciudadanos y publicadas en las redes sociales”, señaló.
Aunque la ONG admitió que hubo “algunos incidentes de violencia de manifestantes”, defendió que la gran mayoría de las protestas fueron pacíficas.
Navalni, cuya libertad exigieron las más de 110.000 personas este sábado, es acusado de violar las condiciones de una pena suspendida dictada en 2014, que podría convertirse en una pena de cárcel real de 3,5 años, aunque él denuncia que la verdadera intención de las autoridades es la de silenciarle.
Las autoridades rusas advirtieron que las manifestaciones convocadas para el sábado no estaban autorizadas y amenazaron con castigar con todo el peso de la ley a quienes salieran a las calles, promesa que cumplieron con una violenta represión policial y miles de detenciones.
Mientras los seguidores de Navalni celebraron la gran movilización del sábado, el Kremlin restó importancia a las multitudiarias protestas, al señalar que la mayoría de los rusos apoyan al presidente Vladímir Putin.