“Debo ser franco. El mundo está al borde de un catastrófico fracaso moral, y el precio de este fracaso será pagado con vidas (...) en los países más pobres del mundo”, afirmó el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En un discurso en la apertura de un consejo ejecutivo de este órgano de la ONU en Ginebra, criticó la actitud “egoísta” de los países ricos y a los fabricantes de vacunas que buscan la aprobación reglamentaria de los países prósperos en lugar de someter sus datos a la OMS para obtener una luz verde a escala mundial para la utilización de la vacuna.
El jefe de la OMS, que considera que está en peligro un acceso equitativo en todo el mundo a la vacuna, afirmó que 39 millones de dosis de vacunas contra el coronavirus ya se administraron en al menos 49 países ricos.
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Al mismo tiempo, “solamente 25 dosis han sido administradas en uno de los países con ingresos más bajos. No 25 millones, no 25.000, apenas 25” se lamentó.
La OMS y la Alianza para la Vacunación (GAVI) han implementado el mecanismo Covax para distribuir vacunas anti-covid a los países más pobres, pero el sistema padece la tendencia de los países ricos de mirar para sí mismos, así como de una falta de financiación.
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El objetivo de la OMS es suministrar dosis para el 20% de la población de los países que participan en Covax antes de fin de año. La agencia de la ONU espera enviar las primeras vacunas a fines de enero o en febrero.
Desde que fuera detectado en China a fines de diciembre, el nuevo coronavirus ha causado la muerte de más de dos millones de personas, según datos oficiales, cifra sin duda inferior a la realidad.