La capital de España, en alerta máxima, ha quedado bloqueada a causa de espesores superiores al medio metro, algo no visto desde hace 60 años, así como innumerables localidades de su región.
Permanecen suspendidos el transporte urbano terrestre y los trayectos ferroviarios y cientos de automovilistas siguen atrapados en varias carreteras, con el riesgo de fuertes heladas cuando deje de nevar.
En Castilla-La Mancha, la otra región más afectada por la nieve, ya estuvieron suspendidas las clases el viernes y sus autoridades decidirán el lunes si los centros de enseñanza reabren el miércoles.