Biden hizo esas declaraciones al presentar formalmente a su candidato para dirigir el Pentágono, el general retirado Lloyd Austin, que si es confirmado por el Senado, se convertirá en el primer secretario de Defensa afroamericano de la historia del país.
“Tenemos que acabar con las guerras eternas, y asegurarnos de que el uso de la fuerza es la última herramienta a la que podemos recurrir”, dijo Biden en el acto de presentación en Wilmington (Delaware).
El presidente electo no se refirió explícitamente a la guerra de Afganistán, la más larga de la historia de EE.UU., ni a las otras misiones que Estados Unidos tiene desplegadas en países como Somalia, Siria e Irak.
El mandatario saliente estadounidense, Donald Trump, ha anunciado una retirada de las tropas en todos estos países, y apenas planea dejar 2.500 efectivos en Afganistán cuando abandone el poder en enero, la misma cifra de soldados que permanecerán en Irak.
Durante el acto de presentación, tanto Biden como Austin citaron la “reconstrucción” de las alianzas tradicionales de Estados Unidos como una de sus prioridades cuando lleguen al poder, y mencionaron en particular las regiones de Europa, Asia y el Pacífico.
“Creo que Estados Unidos es más fuerte cuando trabaja con sus aliados. Si me confirma (el Senado), retomaré ese importante trabajo”, prometió Austin.
Entre 2013 y 2016, el general retirado de cuatro estrellas fue jefe del Comando Central, encargado de las operaciones en Irak, Afganistán, el Yemen y Siria, la mayoría de los países en los que EE.UU. está o ha estado en guerra.
Sin embargo, Austin enfrenta un obstáculo para entrar en el gabinete de Biden: solo lleva cuatro años fuera de las Fuerzas Armadas, mientras que la ley estadounidense obliga a que pasen al menos siete años para que los militares retirados puedan ocupar cargos de Gobierno.
Por eso, Biden ha pedido al Congreso que conceda una excepción a Austin, algo que tendrá que votarse en ambas cámaras del Capitolio y que se otorgó por última vez al primer secretario de Defensa de la Administración del presidente Donald Trump en 2017, James Mattis.
“No pediría esta excepción si no creyera que este momento en la historia lo exige”, afirmó Biden, quien subrayó que, al contrario que en otros cargos de su gabinete, Austin no le expresó su interés en ser secretario de Defensa, sino que él mismo se lo ofreció.