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Las esperanzas mundiales de superar la pandemia de covid-19 aumentaron el lunes cuando el laboratorio estadounidense Moderna dijo que su vacuna experimental mostró una efectividad de casi 95%.
Una semana antes, la farmacéutica Pfizer, también estadounidense, y el alemán BioNTech afirmaron que su vacuna, también en fase experimental, tuvo una eficacia del 90%.
En Estados Unidos, las dos vacunas podrían ser autorizadas por la agencia reguladora de medicamentos (FDA) en la primera quincena de diciembre, indicó el lunes Moncef Slaoui, gerente científico de la Operación “Warp Speed” (máxima velocidad), creada por Trump para inmunizar a la población estadounidense.
Esto permitiría vacunar a 20 millones de estadounidenses, con prioridad para los más ancianos y de riesgo, a partir de la segunda quincena de diciembre, y luego a otros 25 millones por mes a partir de enero, dijo.
En cuanto a Europa, el 24 de agosto se anunciaron “conversaciones avanzadas” con la Comisión Europea para la compra de 80 millones de dosis, pero no se han firmado compromisos concretos.
En Francia, el gobierno “se prepara para distribuir una vacuna contra el covid-19” a partir de enero si es aprobada, y para ello previó un presupuesto de 1.500 millones de euros.
En la vecina Bélgica, el gobierno anunció su intención de aplicar gratuitamente las futuras vacunas a por lo menos el 70% de la población, es decir, 8 millones de personas.
El presidente ruso Vladimir Putin pidió al grupo de países BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica) unirse para producir en masa las vacunas de diseño ruso, sin detallar los términos comerciales de la propuesta.
Además de las vacunas Pfizer/BioNTech y Moderna, Rusia afirma tener una eficacia del 92% para su vacuna Sputnik V, actualmente en ensayos clínicos.