Científicos advierten que la inmunidad de grupo es una “falacia peligrosa”

LONDRES. Las estrategias de salud pública que confían en la inmunidad de grupo para combatir la pandemia de COVID-19 son una “falacia peligrosa”, alerta un grupo de 80 científicos internacionales en una carta abierta que publica este miércoles la revista “The Lancet”.

Un modelo a escala del novel coronavirus SARS-CoV-2 en el centro Helmholtz para la investigación de infecciones en Braunschweig, Alemania.
Un modelo a escala del novel coronavirus SARS-CoV-2 en el centro Helmholtz para la investigación de infecciones en Braunschweig, Alemania.JENS SCHLUETER

Permitir que el virus se extienda entre los sectores de población con menos factores de riesgo, mientras se protege a las personas más vulnerables, es una vía que “no está respaldada por la evidencia científica”, advierten los investigadores.

“Las pruebas son muy claras: controlar los contagios comunitarios de la COVID-19 es el mejor modo de proteger nuestras sociedades y economías, hasta que en los próximos meses lleguen vacunas y métodos terapéuticos efectivos”, consideran los firmantes del texto.

Entre ellos se cuentan expertos en salud pública, epidemiología, pediatría, sociología y virología, entre otras disciplinas.

En el texto subrayan que todavía no está claro cuánto tiempo se mantiene la inmunidad contra el coronavirus tras haber superado la enfermedad, y tampoco se comprende por completo quién puede sufrir secuelas a largo plazo.

Apostar por la inmunidad de grupo, argumentan, puede llevar a una serie de nuevas oleadas de la pandemia durante varios años y abocar a la población vulnerable a una situación de riesgo durante un tiempo indefinido.

La experiencia que ya se ha obtenido durante la primera ola sugiere que es “prácticamente imposible y muy poco ético aislar a grandes franjas de la sociedad”, sostienen los investigadores, que creen que una transmisión descontrolada entre los jóvenes dispara el riesgo para el resto de la población.

Los autores de la carta admiten que las restricciones de los últimos meses en numerosos países han provocado una “desmoralización y pérdida de confianza” entre los ciudadanos, lo que ha llevado a algunos gobiernos a evaluar la posibilidad de relajar las medidas durante la segunda ola, pero recalcan que es imprescindible controlar los contagios “con urgencia”.

La carta en “The Lancet” advierte asimismo que la falta de medidas de contención de los contagios puede poner en peligro la capacidad de los sistemas sanitarios.

Esa estrategia supone, además, “una carga inaceptable para los trabajadores de la sanidad, muchos de los cuales han muerto por la COVID-19 o bien han sufrido un trauma como resultado de haberse visto obligados a practicar una medicina de catástrofes”.

“Es necesario implementar medidas efectivas que supriman y controlen la transmisión (del virus), y deben ir acompañadas de programadas financieros y sociales” que amortigüen las consecuencias negativas de esas restricciones, en particular para las capas de población más vulnerables.

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