”Me dirijo a usted para presentar renuncia al Senado de la República”, escribió Uribe en una carta dirigida al presidente de la Cámara Alta, Arturo Char.
En la carta, Uribe, que fue presidente de Colombia entre 2002 y 2010, señala que la detención domiciliaria que le dictó la Corte Suprema hace dos semanas le impide desarrollar a cabalidad su trabajo legislativo.
”La medida de aseguramiento con detención domiciliaria, con la violación de ocho garantías procesales, con interceptaciones ilegales y dolosas (...) anulan cualquier expectativa de poder regresar al Senado, institución en la cual procuré ser cumplido y aportar con estudio a los diferentes temas”, manifestó.
Uribe, senador por el oficialista partido de derecha Centro Democrático, argumentó en su renuncia que fue “detenido por inferencias, sin pruebas directas, sin recibir varias declaraciones” y cuestionó que la Justicia no permitió que sus abogados pudieran “contrainterrogar”.
El exmandatario señaló además que él y uno de sus abogados han sido víctimas de “filtraciones selectivas a adversarios políticos y periodísticos”.
No está claro si la renuncia al Senado puede cambiar el curso del proceso contra Uribe y pasar de la Corte Suprema a la Fiscalía.
La Corte Suprema de Justicia ordenó el pasado 4 de agosto la detención domiciliaria de Uribe al considerar que hay riesgos de que obstruya la Justicia en el caso que se le sigue por presunto fraude procesal y soborno de testigos.
El caso comenzó en 2012 cuando Uribe demandó por supuesta manipulación de testigos al hoy senador del izquierdista Polo Democrático Alternativo (PDA) Iván Cepeda, que en esa época preparaba una denuncia en el Congreso en su contra por supuestos vínculos con el paramilitarismo.
El proceso contra Cepeda cambió radicalmente cuando el magistrado de la Corte Suprema José Luis Barceló no solo lo archivó sino que le abrió una investigación a Uribe por supuesta manipulación de testigos.
El 24 de julio de 2018, cuando la Corte lo llamó a declarar, Uribe renunció al escaño de senador, pero finalmente no hizo efectiva esa decisión.
En su carta de renuncia de hoy, el expresidente insistió en una “reforma a la Justicia que despolitice al cambiar el sistema de elección de magistrados” porque, a su juicio, “estos deberían llegar a la alta corte en edad madura que haya disuelto las vanidades y afianzado el apego a la rectitud”.
”Anhelo que Colombia se recupere de tantas dificultades sin poner en riesgo las libertades, con seguridad democrática y eliminación del narcoterrorismo (...) La lucha por la defensa de la libertad de Colombia es un imperativo irrenunciable”, añadió.