Durante un pleno extraordinario de la Eurocámara, el líder del grupo del Partido Popular Europeo (PPE), Manfred Weber, señaló que “por fin se ha vuelto a percibir la solidaridad” en Europa y se mostró “muy satisfecho por la señal de unidad que ha transmitido el Consejo”.
"En ningún lugar del mundo hay 27 estados que den respuestas unidas a la crisis del coronavirus como hemos hecho nosotros", aseveró Weber, quien aún celebrando el acuerdo, reconoció no estar satisfecho con el contenido.
En respuesta a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien calificó de "pastilla difícil de tragar" el acuerdo sobre el Marco Financiero Plurianual (MFP) durante la apertura del debate, Weber subrayó que su grupo "no está dispuesto a tragarla", ya que "no da respuestas que estén a la altura de los retos que están por venir en los próximos años".
La presidenta del grupo socialdemócrata (S&D), la española Iratxe García Pérez, coincidió con Weber en que "el acuerdo alcanzado pasará a los anales de la Historia de la construcción europea" debido al pacto para el fondo de recuperación, financiado con la emisión de deuda común, y celebró que la UE "demuestre haber aprendido de los errores de la crisis del 2008".
"Si la política de la austeridad decidió salvar a los bancos y dejar atrás a las personas, ahora las personas serán nuestra prioridad", puntualizó García, quien aseguró que su grupo no permitirá que la crisis "recaiga sobre los hombros de los más vulnerables".
No obstante, los socialdemócratas tampoco se mostraron optimistas ante el acuerdo sobre el MFP y anunciaron que "no se aceptarán recortes en los objetivos a largo plazo, ya que en el momento actual es necesario fortalecerlos".
Por su parte, el líder del grupo Renovar Europa, el liberal Dacian Ciolos, celebró que se haya hecho gala de una "solidaridad sin precedentes" con el acuerdo de recuperación, el cual también calificó de "histórico", pero puntualizó que esto "no debe hacernos dejar de compararlo con lo que nosotros ambicionamos para Europa".
El líder liberal anunció que su grupo solo dará el beneplácito al paquete de ayudas si en este se incluyen "garantías sólidas de cara a vincular los fondos con el respeto del Estado de derecho", ya que, en sus palabras, "no hay que financiar a políticos en el Gobierno que den la espalda a los valores fundamentales de la UE".
Con él coincidió el eurodiputado de Junts per Catalunya Carles Puigdemont, quien criticó que "muchos Estados miembros van a recibir dinero sin tener que cumplir ningún criterio a la hora de tratar de manera adecuada a sus minorías".
"España se gasta millones y millones de euros en programas informáticos como Pegasus para atacar a sus minorías y no respeta las recomendaciones de las comisiones de Naciones Unidas", aseguró Puigdemont.
El presidente del grupo Verdes/ALE, Philippe Lamberts, fue más allá y criticó abiertamente al grupo de los "frugales" o "austeros" (Holanda, Dinamarca, Suecia y Austria), a los que llamó "tacaños", así como a la Comisión, contra quien cargó por haber permitido "recortes en iniciativas de futuro".
"Los europeos tenemos que darnos la mano y trabajar para garantizar que en el futuro vivamos dignamente y conjuntamente, porque juntos seremos lo suficientemente fuertes y capaces de marcar nuestra trayectoria en el siglo XXI", manifestó Lamberts.
El presidente del Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria (GUE), Martin Schwirdean, fue el menos entusiasta y echó en cara a los líderes de los Veintisiete que "se hubieran podido poner de acuerdo antes".
"El pacto nos decepciona porque la UE ha perdido una oportunidad de oro", lamentó Schwirdean.
En el pleno extraordinario de hoy, en el que el presidente del PE, David Sassoli, todavía ha tenido que recordar a los eurodiputados que deben llevar la mascarilla puesta en sus escaños, la Eurocámara votará una resolución sobre su posición al respecto del acuerdo logrado por los líderes europeos y después abrirá las negociaciones como colegislador en materia presupuestaria.