Las autoridades sanitarias del sureño estado Victoria, cuya capital es Melbourne, confirmaron hoy el fallecimiento de cinco personas, tres más que ayer, y 403 nuevos contagios.
"Esto demuestra el número creciente de este terrible virus en nuestra comunidad", apuntó la ministra de Sanidad, Jenny Mikakos.
Desde este jueves es obligatorio el uso de mascarilla en las ciudades de Melbourne y Mitchell- ambas puestas bajo un segundo confinamiento hasta el 20 de agosto-, con multas para aquellos que no las lleven de 200 dólares australianos (143 dólares estadounidenses o 123 euros).
El jefe del gobierno regional de Victoria, Daniel Andrews, señaló que desconoce por cuánto tiempo será obligatorio el uso de mascarillas al afirmar que esta "simple" medida tendrá un impacto positivo en los próximos días o semanas.
Desde el rebrote a principios de mes, los infectados confirmados en Melbourne superan los 4.000 casos, algo menos de un tercio del total de casos confirmados en el país desde que en marzo detectaran al primer contagiado a nivel nacional, y que ya alcanzan unos 13.300 casos, incluidos 133 fallecidos.
En el vecino estado de Nueva Gales del Sur, que ha cerrado por primera vez en casi un siglo su frontera interna con Victoria, también se han detectado desde inicios de julio varias decenas de infectados por trasmisión local, todos vinculados al rebrote de Melbourne.
Según los registros oficiales el 6 de abril es el día con mayor número de muertes diarias con la COVID-19 en Australia, cuando se registraron 8 decesos; y no se registraban hasta hoy cinco fallecidos desde el 28 de abril.