Unos 50 visitantes y numerosos periodistas aguardaban la reapertura al pie de la torre. Por ahora, solo se podrá subir hasta el segundo piso (de un total de tres), a pie y con mascarillas. Una ‘batucada’ brasileña daba un toque festivo al momento este jueves antes de que se abrieran las puertas.
"Quería participar en este momento de alegría. Casi estoy llorando, pero es de felicidad. Después de estos meses difíciles esto es una gran emoción", dice Therese, de 60 años, que ha venido de Perpignan, sureste de Francia, para visitar a su nieto, y no ha querido perderse la apertura del emblemático monumento parisino.
"Voy a subir despacio... y si no llego hasta arriba no importa", agrega la mujer.
El cierre del monumento, el más largo desde la Segunda Guerra Mundial, provocó pérdidas de nueve milones de euros al mes (10,1 millones de dólares), según Patrick Branco Ruivo, el director general de la sociedad de explotación que gestiona el monumento construido en 1889.
Durante los ochos primeros días de apertura, los visitantes podrán llegar únicamente hasta el segundo piso del monumento, a condición de subir a pie los 674 escalones.
Si la situación sanitaria lo permite, los ascensores reabrirán en julio, excepto aquellos, más pequeños, que llevan hasta la cumbre de la torre de 324 metros de altura. Todo ello para garantizar una distancia segura entre los visitantes y limitar el riesgo de infección.
Con el mismo objetivo, la empresa que gestiona el monumento colocó en el suelo marcas de color azul, con las que invitan a las personas a mantener al menos 1,50 de distancia entre ellas. Todos, excepto los niños de hasta 11 años, deberán llevar mascarillas para acceder a la torre.
Aunque dejó de acoger al público desde el 13 de marzo, la Dama de Hierro, siguió iluminando todas las noches el cielo de París.También rindió homenaje al personal sanitario con un gran “merci” (gracias) luminoso.