Moro, quien como juez condujo a prisión al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, anunció este viernes su renuncia después de que Bolsonaro destituyera al director general de la Policía Federal, Mauricio Valeixo.
En el discurso en el que anunció su dimisión, el antiguo magistrado insinuó la “interferencia política” del mandatario en el nombramiento de cargos técnicos en los órganos encargados de investigar la corrupción y el crimen organizado.
Aclaró también que el decreto mediante el cual fue destituido oficialmente el director de la Policía Federal, publicado con su rúbrica, no fue en realidad firmado por él, lo que según especialistas en derecho pudiera constituir un grave delito por parte del Gobierno.
La posible apertura de una investigación autorizada por el Tribunal Supremo tiene como objetivo esclarecer si Bolsonaro cometió un eventual delito de falsedad ideológica, coacción, prevaricación u obstrucción a la Justicia, entre otros, según un comunicado de la Fiscalía.
“La dimensión de los episodios narrados revela la declaración del ministro de Estado de actos que revelarían la práctica de (actos) ilícitos, imputando su práctica al presidente de la República”, explicó Aras.
El fiscal general, no obstante, precisó que, en caso de que las acusaciones de Moro no se comprueben, la declaración del exministro podría constituir un delito de “denuncia calumniosa”.
En su solicitud, el fiscal sugiere al Tribunal Supremo de Brasil que tome declaración a Moro para que pueda esclarecer formalmente las acusaciones realizadas este viernes durante una rueda de prensa.
Tras la dura declaración de Moro, Bolsonaro realizó hoy un pronunciamiento en el que descalificó a su ahora exministro y negó haber intentado interferir en la actuación de la Policía Federal, como argumenta el exmagistrado.
“Se habla de una interferencia mía en la Policía Federal, pero si puedo cambiar un ministro, por qué no puedo cambiar al director de la Policía Federal sin pedirle autorización a nadie”, planteó el mandatario, quien acompañado por muchos de sus ministros afirmó que Moro probó que “tenía un compromiso con él mismo y no con Brasil”.