Mientras el titular de la cartera de Salud se ampara en la ciencia para enfrentar al covid-19 y promueve el confinamiento social, el líder de la ultraderecha considera que se trata de una simple “gripita” por lo que la gente debe salir a la calle a trabajar porque “Brasil no puede parar”.
"Somos la voz de la ciencia", afirmó el ministro, quien señaló que no se opone a las críticas mientras estas sean constructivas, pero si a las que llegan con la intención de dificultar su labor, en una clara referencia a Bolsonaro.
"No tenemos ningún problema con las críticas constructivas (...) nos gustan, pero tenemos mucha dificultad cuando en determinadas situaciones o por determinadas impresiones, las criticas no vienen en sentido de contribuir sino para traer dificultades en las situaciones de trabajo", agregó.
Mandetta confirmó su permanencia en el cargo durante una rueda de prensa en el ministerio, luego de una reunión convocada por el mandatario brasileño en el Palacio presidencial de Planalto y en la que participaron los ministros del Gabinete.
Aunque en un principio su discurso parecía indicar su salida, al final ratificó que, tras un año y cuatro meses en el ministerio, se mantiene con su equipo, para el que no escatimó elogio alguno y al que calificó como "el mejor" con el cualquiera "podría soñar y tener el placer de trabajar".
El ministro fue enfático al señalar que la labor que ha tenido que asumir para enfrentar la crisis por la pandemia del coronavirus no ha sido fácil porque se desconoce lo que va a ocurrir la semana siguiente y no se sabe si la enfermedad se va a comportar de la misma manera que lo hizo en otros países.
"Nos cobran respuestas que no tenemos (...) solo somos dueños de dudas", precisó.
A pesar de las dificultades por las que pasa Brasil, donde según Mandetta "no estamos preparados para una escalada de casos en nuestras grandes metrópolis, vida es vida y no habrá ninguna que no llegue a ser atendida".
No obstante reiteró el llamado para que la gente se mantenga en sus casas y evite las aglomeraciones e hizo un llamado especial a los habitantes de las favelas y de las comunidades, considerados unas bombas de tiempo por las condiciones de hacinamiento de sus moradores, personas en su gran mayoría de escasos recursos.
Aunque ya se escuchaban rumores sobre una posible salida del ministro, estos se incrementaron durante el último fin de semana tras un sondeo de la firma Datafolha sobre la gestión realizada frente a la crisis del coronavirus.
De acuerdo con la encuesta, la gestión de Mandetta tuvo el 76 % de respaldo de los brasileños, mientras que la de Bolsonaro solo alcanzó un 33 % de los aplausos.
El titular de la cartera de salud, prácticamente desconocido hasta antes de llegar el COVID-19 a Brasil, brilla ahora más que el presidente y es considerado un líder con credibilidad frente a la problemática.
Según los últimos datos oficiales, el coronavirus ya ha causado más de 550 muertos y el número de contagiados sobrepasa los 12.000.