Pese a los cuidados adoptados, Bolsonaro insiste en minimizar los efectos de la pandemia, al punto de que el pasado domingo se sumó a unas manifestaciones, que incluso él mismo alentó, en favor de su Gobierno y en protesta por decisiones del Parlamento o la Justicia que han frenado algunas iniciativas del Ejecutivo.
Hasta hoy, en Brasil se ha confirmado cerca de 300 casos de la enfermedad. Las autoridades del estado de São Paulo, el más poblado y el más afectado por el coronavirus, informaron sobre la primera muerte que se registra en el país por la enfermedad.
Bolsonaro estuvo la semana pasada en Miami, donde fue recibido por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la mitad de las 30 personas que integraron la comitiva y regresaron con él en el mismo avión oficial ha dado positivo para el coronavirus.
Las muestras para el primer examen le fueron tomadas a Bolsonaro el pasado jueves, un día después de su regreso, por lo que se teme que el eventual período de incubación de la enfermedad pudiera no haberse completado para ese momento.
Aunque el resultado de este nuevo examen es esperado para mañana, el presidente, de 64 años, aún no suspendió sus actividades ni se puso en una cuarentena preventiva, como ha recomendado el propio Gobierno a través del Ministerio de Salud.
Según las autoridades sanitarias, todas las personas mayores de 60 años deben permanecer “aisladas” como medida de prevención, ya que integran uno de los llamados “grupos de riesgo”.