Reunidos durante más de tres horas en una sala de convenciones cerca de Burlington, en el estado de Vermont, feudo de Bernie Sanders, unas 3.000 personas que apoyaban al senador pasaron la noche como en la montaña rusa.
Comenzó con alegría, cuando la pantalla gigante sintonizada en CNN anunció la victoria de Sanders en ese pequeño estado del noreste, uno de los menos poblados de Estados Unidos y último en importancia entre los 14 que participaron en el supermartes.
Los fans agitaron eufóricos un mar de carteles azules y blancos con la leyenda “Bernie” para marcar el evento.
Pero esta victoria era altamente previsible, y las estimaciones que desfilaron luego en la pantalla ensombrecieron el clima: aplastante triunfo del exvicepresidente Biden en Virginia y en varios estados del sur, incluido en Carolina del Norte donde varios sondeos hacían esperar una victoria de Sanders, con 78 años el candidato de mayor edad.
“Sin embargo estaba bien colocado en las encuestas”, dijo decepcionada Heidi Hanning, un ama de casa de 44 años que llegó con su marido desde el centro de Vermont y que apoya a “Bernie” desde 2016.
Luego se anunció el triunfo de Biden en el vecino Massachusetts, una cachetada para la presidenciable demócrata Elizabeth Warren, senadora por ese estado, pero una decepción también para Sanders, quien esperaba ganarlo tras haber organizado allí dos grandes mitines estos últimos días.
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Finalmente Biden venció en al menos nueve estados de los 14 que votaron en un supermartes lleno de sorpresas, incluido un triunfo en Texas, estado clave en la contienda nacional, según resultados preliminares.
Y este miércoles recibió el apoyo del exalcalde de Nueva York Mike Bloomberg, que anunció su retirada de la carrera tras gastar más de 500 millones de dólares de su fortuna personal en campañas publicitarias.
Biden ya contaba con el respaldo de sus exrivales Pete Buttigieg, Amy Klobuchar y Beto O’Rourke.
Sanders venció en Colorado y Utah, y lidera por su lado cómodamente en California, el estado más importante a nivel nacional y el más poblado del país, cuando el escrutinio alcanza 80% de los votos. Su triunfo, aún no oficial, lo confirmaría como el principal contrincante de Biden.
Wendy Simbers, de 58 años, empleada en los servicios sociales, dijo que le encantaría ver a Sanders en la Casa Blanca, pero que no está del todo segura de que eso vaya a ocurrir.
“Pase lo que pase, sus ideas están ahora por todos lados”, agregó como consuelo.
Derrocar “al establishment”
Desde el escenario, junto a su esposa y su familia, Sanders alentó a sus partidarios, como sabe hacerlo, recordando que ganó la alcaldía de Burlington el 3 de marzo de 1981, hace 39 años exactos, lanzando así su carrera política cuando “todo el mundo decía que no era posible”.
Sanders, que defiende seguro médico y universidad gratuita para todos, aseguró que “nadie le ganará a Donald Trump con políticas antiguas”, un ataque indirecto contra Biden.
El senador agregó que solo su movimiento “sin precedentes, de base” puede “vencer al presidente más peligroso de la historia de nuestro país” y derrocar “al establishment” económico y político.
Pero también reconoció que no sabe qué sucederá, y dijo que “pase lo que pase” , él será siempre el candidato de los trabajadores.
Bernie “es honesto”, dijo Taylor DeGorter, de 21 años, una estudiante neoyorquina quien considera que esa cualidad es la que ha cimentado su reputación. “Prefiero que sea honesto a que mienta”.