Bachelet subrayó que “en Chile y Ecuador, como en otros países, hay una necesidad de garantizar que se fijen responsabilidades por las violaciones de derechos humanos perpetradas durante las protestas ” y al mismo tiempo “debe atenderse la razón de éstas, que es la desigualdad”.
En un informe donde analizó ante el Consejo las distintas amenazas a los derechos humanos en el mundo, recordó que su oficina, que envió misiones de investigación tras las protestas, ya hizo recomendaciones para investigar y juzgar las violaciones de derechos humanos en los dos países desde octubre de 2019.
Sobre Bolivia, Bachelet recordó hoy que la crisis política ocurrida en ese país, también iniciada en octubre del pasado año, se saldó con al menos 35 muertos y 800 heridos “la mayoría de ellos en operaciones del ejército y la policía”.
Asimismo destacó que su oficina está preocupada “por la imputación de decenas de antiguos altos cargos gubernamentales y personas relacionadas con la antigua Administración” del depuesto presidente Evo Morales.
Otro país latinoamericano mencionado por la expresidenta chilena en su discurso fue Brasil, donde están proliferando “ataques e incluso asesinatos contra defensores de derechos humanos, muchos de ellos líderes indígenas” en un contexto de retroceso de las políticas de protección del medio ambiente y las minorías.
“También hay un aumento de las requisas de tierras de indígenas y afrodescendientes, y esfuerzos por deslegitimar el trabajo de la sociedad civil y sus movimientos”, concluyó.