Este discurso es una fecha clave en el panorama político en Estados Unidos y es una de las pocas ocasiones en que las divisiones partidistas se dejan a un lado para escuchar la visión del presidente sobre el futuro del país.
Pero en esta ocasión Trump recorrerá las pocas cuadras que separan la Casa Blanca del Capitolio en momentos en que la división y la crispación marcan un nivel que no se había visto en décadas y que es posible que se agudice a medida que se acercan las elecciones presidenciales de noviembre.
La Casa Blanca ha prometido que va a ser “implacable” a la hora de destacar su gestión de la economía y la “bonanza” para los trabajadores de clase obrera cuando él suba al podio a las 21H00 locales (02H00 GMT del miércoles) . “Creo que este discurso va a tener un tono muy optimista”, dijo un funcionario a la prensa.
En realidad, Trump va a entrar a un hemiciclo donde en diciembre pasado la Cámara de Representantes lo acusó de abuso de poder y obstrucción al Congreso, iniciando el juicio político en su contra que se desarrolla en el Senado, donde la mayoría republicana probablemente lo absuelva el miércoles.
¿Calmar o agitar las aguas?
El discurso también puede ser una oportunidad de hablar al país y sanar el clima de desconfianza y división. Trump podría expresar arrepentimiento por haber presionado a su homólogo ucraniano para que investigara a su rival político Joe Biden. Un comportamiento que incluso fue considerado como inadecuado por algunos senadores republicanos durante el juicio político, aunque aclararon que no era un error que mereciera la destitución.
También podría apostar por la estrategia que adoptó Bill Clinton cuando fue objeto de un juicio en el Senado y en su discurso de 1999 intentó calmar las aguas, simplemente evitando el tema. Pero los funcionarios de la Casa Blanca afirman que no saben qué hará Trump. “Nunca es seguro asumir nada”, dijo un alto cargo del gobierno al ser preguntado sobre si el juicio político va a ser parte del discurso del mandatario. Para el senador republicano Roy Blunt esta es una oportunidad de “seguir adelante”.
El político admitió al diario The New York Times que el magnate que saltó a la política tras una carrera como presentador de televisión no es el tipo de persona que baja el perfil a los debates. “La otra opción es abordar (el tema) de frente y habitualmente él es este tipo de persona”, indicó su correligionario.
Réplica en español
Y mientras Trump se apresta a dar su discurso, el Senado se prepara a cerrar el juicio político contra el mandatario. El lunes, acusación y defensa pronunciaron sus alegatos finales y el miércoles está previsto la votación del veredicto, pero los demócratas ya prometieron seguir su estrategia de presión contra el mandatario.
“La trama persiste, los esquemas siguen y el peligro no remite”, dijo Adam Schiff, el congresista demócrata que encabeza la acusación contra Trump y quien retó a los republicanos a reconocer la “terrible verdad” de lo que ocurre. El discurso sobre el Estado de la Unión se suma a además al inicio de las primarias con miras a las elecciones de noviembre, tras la celebración del “caucus” en Iowa el lunes. La próxima semana, las votaciones siguen en New Hampshire y a partir de ahí el calendario electoral solo va a acelerarse aún más.
Varios de los demócratas que aspiran a enfrentar a Trump en los comicios presidenciales son jurados del juicio político en su calidad de senadores: Amy Klobachar, Bernie Sanders y Elizabeth Warren. Para la réplica al discurso presidencial, el Partido Democráta eligió a la gobernadora de Michigan, Gretchen Whitmer, y para la versión en español designó a la congresista latina por Texas, Verónica Escobar, una figura que ha denunciado la dura política migratoria de Trump y que fue un importante puntal de su comunidad tras el ataque que sufrió en 2019 la ciudad de El Paso.