Los pescadores habían salido este día de Año Nuevo en una embarcación de la compañía de alquiler de barcos de pesca Fishing Headquarters, con sede en Fort Lauderdale, unos 40 kilómetros al norte de Miami, cuando se dieron cuenta de que había mordido el anzuelo un pez de un tamaño muy superior al habitual en estas excursiones. Según declaraciones de alguno de los tripulantes del barco, se trata de una jornada tranquila cuando de repente el barco se hundió ligeramente ante la fuerza del pez.
“Pensé que me iban a sacar del bote, esa cosa estaba tirando muy fuerte”, dijo Simon Asnes, en declaraciones recogidas por el canal local de televisión. Los pescadores demoraron cerca de 80 minutos en poder atrapar finalmente al enorme tiburón.
“Esto sucede una vez en la vida”, dijo Bobby Díaz, que aseguró que en los diez años que ha salido de pesca en similares condiciones “nunca había visto nada así”. La empresa Fishing Headquarters está especializada en salidas de cuatro horas al mar para que aficionados y turistas pasen una jornada de pesca deportiva en la que se suelen capturar atunes, pez vela o dorada y “¡cualquier otra cosa que pique!”, según aseguran en su página web.
Florida es el estado donde se producen más ataques de tiburones en Estados Unidos, con 269 casos de 2000 a 2009 y 215 desde 2010 hasta 2019, según el llamado Archivo Global de Ataques de Tiburón de la Universidad de Florida.
Sin embargo, en los últimos 10 años solo 6 ataques de tiburón a humanos en Estados Unidos han resultado mortales, uno de los cuales en Florida, a pesar de que ha aumentado en gran manera el número de personas que realizan actividades recreativas y deportivas en el mar. En todo el mundo el promedio es de unas seis muertes al año por ataques de tiburón. El pasado 25 de junio una mujer estadounidense murió en Bahamas a consecuencia del ataque de un tiburón blanco mientras buceaba.