La policía de Telangana (sur de India) había detenido a cuatro hombres sospechosos de haber violado hace dos semanas a una veterinaria de 27 años en Hyderabad antes de quemar su cuerpo. Este enésimo crimen sexual sórdido indignó al país y generó llamados para linchar a los culpables.
El viernes, en medio de la noche, los cuatro hombres fueron abatidos, según la policía tras haberse apoderado de armas de los agentes durante la reconstitución de la escena de violación de la que estaban acusados. Pero algunos consideran que se trató de una ejecución a sangre fría. El anuncio de su muerte generó escenas de alegría y centenares de personas acudieron al lugar para cubrir a los policías de pétalos y flores, al considerar que se había aplicado una “justicia rápida”.
“La ley cumplió con su deber” declaró a la prensa el jefe de la policía local V.C. Sajjanar. Estos “falsos enfrentamientos” (“fake encounters”) son una práctica habitual en el sur de Asia criticada por defensores de derechos humanos que ven en ella una negación de justicia y una señal de la impunidad de la policía. En estos casos, las fuerzas de seguridad abaten a los sospechosos y afirman que lo hicieron cuando éstos intentaban huir o resistirse a una detención.
Contra insurrección
Esta táctica ha sido particularmente usada para eludir al sistema judicial durante la lucha contra movimientos separatistas armados en Bengala occidental, en el Penyab, en Cachemira o en los Estados aislados del noreste del país. Pero más recientemente estas ejecuciones empiezan a ser utilizadas contra sospechosos de crímenes violentos.
“En el curso de las últimas décadas, las ejecuciones extrajudiciales y las torturas durante la detención han logrado situarse al margen del ámbito de la ley” indica a la AFP Colin Gonsalves, abogado en la Corte suprema y fundador de Human Rights Law Network.
“Es preocupante que la criminalidad de la policía reciba el apoyo del público” agrega. Tras la muerte de los sospechosos de Hyderabad, globalmente celebrada en este país de 1.300 millones de habitantes, el presidente de la Corte suprema ha expresado su preocupación ante esta “justicia instantánea”.
"La justicia jamás debería ser instantánea. La justicia jamás debe adoptar la forma de la revancha” declaró el sábado Sharad Arvind Bobde. En este país tan amante del cine, algunos responsables policiales “especialistas” de semejantes ejecuciones son colocados en un pedestal por Bollywood. Innumerables películas los representan como héroes y glorifican sus actos, particularmente la muerte de centenares presuntos gángsteres en Bombay en los años 1990.
Según un informe gubernamental, 100 sospechosos han muerto en detención policial en 2017 en India. Ninguno de los 33 policías detenidos en relación con esas muertes ha sido condenado. Los que se oponen a esas ejecuciones sumarias opinan que la cifra real es muy superior, y que muchas de esas muertes son presentadas como suicidios o fallecimientos por causas naturales.
Lentitud de la justicia
En 2014, la Corte suprema intentó frenar el fenómeno y ordenó investigaciones obligatorias en cada caso, además de prohibir a los gobiernos locales recompensar a los policías antes de determinar en qué circunstancias murieron los sospechosos. La alta instancia judicial sigue ahora de cerca las investigaciones sobre casos en el pequeño Estado de Manipur (noreste), donde los defensores de derechos humanos estiman que la policía ha liquidado a sangre fría a 1.530 sospechosos desde 2007 en el marco de la lucha contra la insurrección local.
Pero los partidarios de estos “falsos enfrentamientos” consideran que éstos permiten evitar la extrema lentitud del sistema judicial indio, donde cerca de 30 millones de casos están en espera de juicio. En este país, los procesos judiciales pueden tardar a veces décadas en llegar a término.