“La cría ilegal de ganado es el principal vector de deforestación en la Amazonia. Representa una amenaza, no solo para los derechos humanos de los indígenas y pueblos tradicionales que viven allí, sino también para todo el ecosistema del planeta”, afirmó Richard Pearshouse, asesor general de Amnistía Internacional sobre crisis y medio ambiente.
“Mientras el gobierno de Bolsonaro recorta la protección ambiental a nivel federal, las autoridades locales de algunos estados están permitiendo la cría ilegal de ganado, lo que destruye áreas protegidas de la selva”, añadió.
Varios activistas y representantes indígenas desplegaron una pancarta frente al presidencial Palacio de Planalto, en Brasilia, con el lema “Bolsonaro, proteja la Amazonía y a los pueblos de la selva”, antes de entregar la petición.
“Además de las graves violaciones de derechos y de la crisis ambiental por la invasión de la ganaderia, constatamos que los residentes indígenas, las comunidades tradicionales y los funcionarios públicos han recibido intimidaciones y amenazas”, dijo a la AFP Jurema Werneck, directora ejecutiva de Amnistía Internacional Brasil.
La petición fue firmada por 160.000 personas de 53 países, según AI, que publicó un informe tras visitar cinco reservas ambientales y tierras indígenas, como parte de una investigación para documentar la situación en la selva amazónica desde la llegada de Bolsonaro al poder en enero.
En cuatro de esos territorios identificó presiones contra la población -incluyendo amenazas y otros actos intimidatorios- por parte de invasores, con el objetivo de apropiarse de la tierra, deforestarla y usarla para criar ganado, de acuerdo con el documento.
En el informe, AI sostiene que alrededor de dos tercios de las áreas deforestadas en la Amazonia entre 1988 y 2004 fueron cercadas, quemadas y convertidas en tierras de pastoreo, un área de 500.000 km2, equivalente a cinco veces el tamaño de Portugal.
La deforestación de la Amazonia brasileña aumentó 29,5% entre agosto de 2018 y julio de 2019, totalizando 9.762 km2, un récord en diez años durante ese periodo, según datos oficiales del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, por sus siglas en portugués).