Rohaní explicó que el campo petrolífero se sitúa en la provincia de Juzestán y tiene una superficie de unos 2.400 kilómetros cuadrados y una profundidad de 80 metros, según la página de la Presidencia.
En un discurso ante cientos de personas en la ciudad meridional de Yazd, el mandatario indicó que se extiende desde la localidad de Bostan a la de Omidieh.
“Estados Unidos debe saber que Irán es un país rico y, a pesar de las sanciones crueles, los trabajadores e ingenieros iraníes descubrieron un nuevo campo petrolífero”, subrayó.
El Gobierno estadounidense volvió a imponer sanciones a Irán el año pasado, incluido a su sector petrolero, tras retirarse de modo unilateral del acuerdo nuclear de 2015 firmado con Teherán y otras cinco potencias.
Las exportaciones petroleras de Irán alcanzaron los 2,5 millones de barriles diarios antes de las sanciones, pero en la actualidad se han reducido drásticamente, aunque continúan con secretismo.
Debido a la dependencia del petróleo, que las autoridades iraníes trabajan por disminuir, las sanciones han dañado seriamente la economía iraní que, según el Fondo Monetario Internacional, se contraerá este año un 9,5 %.
Rohaní intentó, sin embargo, enviar un mensaje optimista y señaló que “las cifras económicas indican que las condiciones están mejorando desde abril pasado pese a las crecientes presiones de los enemigos”.
El presidente destacó, por ejemplo, el aumento de las exportaciones no petroleras y llamó a intensificar esfuerzos para lograr “un mayor desarrollo”.
“El año pasado, el pueblo de Irán estaba en condiciones difíciles debido a las presiones económicas de los enemigos, pero su resistencia, unidad y esfuerzo han decepcionado a EE.UU.”, apostilló.
Irán posee una de las principales reservas de hidrocarburos del mundo, tanto de crudo como de gas, pero las sanciones y la falta de inversiones extranjeras han dificultado el pleno desarrollo del sector.