Este llamado tuvo lugar tras el mayor despliegue desde 2012 de las tropas de Bashar al Asad en esa región del país, de la que se habían retirado después del comienzo de la guerra en el país.
Las fuerzas kurdas pidieron ayuda al régimen de Asad para contrarrestar la ofensiva de Ankara, lanzada el 9 de octubre, después de haber sido abandonadas por Estados Unidos, lo que, ’de facto’, dio luz verde a este ataque turco.
“El comando general de las fuerzas armadas está dispuesto a acoger a los miembros de las unidades de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS, dominadas por combatientes kurdos) que deseen integrarse a sus filas”, señaló el ministerio de Defensa de Damasco en un comunicado difundido por la agencia oficial SANA.
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Todos los sirios, incluida la minoría kurda, se enfrentan a “un enemigo común”, añade el texto, en referencia a Turquía.
El ministerio del Interior, por su parte, instó a los miembros de la Assayech, la policía kurda, a unirse a su par siria, según SANA.
Un acuerdo concluido la semana pasada entre Turquía y Rusia, aliada de Al Asad, puso fin a la ofensiva turca, con la retirada de las fuerzas kurdas de una gran parte del norte y noreste del país, lo que permitió reforzar la presencia del ejército sirio en esta región.