“En estos momentos, el Gobierno piensa en todas las víctimas de EI”, indicó el portavoz del Gobierno, Steffen Seibert, quien aludió tanto a quienes fueron asesinados por el terrorismo islámico, como a “los yazidíes esclavizados” por la organización y los muertos en sus atentados. Seibert declinó aclarar si la canciller, Angela Merkel, estaba al tanto de la operación militar lanzada por Estados Unidos (EI) en contra del terrorista más buscado del mundo y se limitó a insistir en su anterior pronunciamiento.
“No se puede dar por muerto a EI”, insistió el portavoz gubernamental, en una comparecencia ordinaria ante los medios de comunicación.
El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció el domingo la muerte de Al Bagdadi y afirmó que éste se suicidó haciendo detonar un chaleco explosivo en un túnel cuando se vio cercado en la pequeña localidad siria de Barisha, situada a apenas seis kilómetros de la frontera turca.
Al Bagdadi estaba considerado el terrorista número uno del mundo y objetivo de Washington desde que en 2014 autoproclamase un califato en amplias zonas de Siria e Irak.