El templo de Wat Pha Luang Ta Bua, en la provincia de Kanchanaburi (oeste), atrajo durante años a miles de turistas, que podían fotografiarse al lado de los numerosos tigres. Pero en 2016, los responsables del parque iniciaron una larga operación para sacar a estos grandes felinos, entre acusaciones de mala gestión y explotación de los animales.
Docenas de cachorros muertos fueron encontrados en congeladores, lo que desató sospechas de que el templo vendía las carcasas.
En China y Vietnam, los restos de los tigres pueden alcanzar elevados precios, ya que se cree que tienen propiedades medicinales.
Los ejemplares adultos que sobrevivieron fueron trasladados a dos centros en los alrededores de la provincia de Ratchaburi. Sin embargo solo 61 de los 147 lograron sobrevivir, informaron los responsables del parque a la prensa.
“Puede estar relacionado con la endogamia”, declaró Pattarapol Maneeon, del Departamento de Conservación de Parques Naturales, Fauna y Flora. “Tenían problemas genéticos que conllevaban riesgos para el cuerpo y el sistema inmunológico”, precisó.
“La mayoría de los tigres ya se encontraban en un estado de ansiedad debido al traslado y al cambio de lugar (...) Después surgieron los problemas de salud” , dijo por su parte Sunthorn Chaiwattana, otro miembro del departamento.