Así lo indica un informe emitido hoy en Viena por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), responsable de verificar el “plan conjunto de acción” (JCPOA, en sus siglas en inglés) , que es como se conoce el acuerdo.
Desde que el pasado 1 de julio se confirmara que Teherán había dejado de respetar el pacto, el programa nuclear iraní ha seguido avanzando y a fecha de 19 de agosto acumulaba ya 241,6 kilos de uranio enriquecido, equivalentes a unos 357 kilos de hexafluoruro (UF6), 57 más que el límite establecido en el pacto.
El 1 de julio, cuando el OIEA emitió su último informe, Irán disponía de un stock de sólo 205 kilos de uranio enriquecido.
El informe confirma así que Irán sigue cumpliendo su amenaza de saltarse parte de sus obligaciones en respuesta a la decisión de Estados Unidos de abandonar el acuerdo unilateralmente el año pasado y de comenzar a aplicar nuevas sanciones al país asiático.
La República Islámica reclama al resto de firmantes del acuerdo, especialmente a los países europeos, que establezcan mecanismos que alivien las sanciones estadounidenses, sobre todo en lo relativo a la venta de su petróleo.
El documento, de carácter restringido y al que tuvo acceso Efe, afirma también que Teherán ha seguido enriqueciendo uranio por encima de la pureza del 3,67 % que el acuerdo marca como tope.
De hecho, de los 357 kilos de UF6 acumulados, unos 37 tienen una pureza de hasta el 4,5 %, mientras que el resto no supera el 3,67 % marcado como límite en el JPCOA.
Esos niveles están por debajo del 90 % necesario para que el uranio pueda alimentar una bomba nuclear, e incluso del 20 % al que llegó Irán antes del acuerdo.
Una fuente diplomática de alto nivel explicó hoy que el ritmo de producción ha cambiado varias veces, con picos que corresponden a los momentos previos en los que se confirmó que Irán superó la cantidad permitida, el 1 de julio, y el grado de pureza, una semana después.
“La media es de unos 20 kilos al mes, pero no hay una producción constante”, señaló a un reducido grupo de periodistas esa fuente, conocedora del programa atómico iraní y que pidió no ser identificada por lo delicado del asunto.
Añadió que en ningún momento Irán ha superado el nivel de 4,5 % ni hay indicaciones de que esté planeando hacerlo a breve plazo, aunque, precisó, no se puede saber si lo harán.
En su informe, el OIEA indicó que Irán sigue facilitando el control y las mediciones, así como el acceso de los inspectores internacionales a sus instalaciones nucleares, y que Teherán sigue aplicando voluntariamente el “protocolo adicional” del Tratado de No Proliferación nuclear, que permite inspecciones sin aviso previo.
“Irán ha dejado claro que ya no está aplicando plenamente el JCPOA, pero que sigue cooperando plenamente con el organismo, y puedo confirmarlo”, señaló esa fuente, que insistió en que no ha habido cambios en el nivel de cooperación por parte de Irán.
Con todo, el reporte insiste en que la actual interacción entre el organismo e Irán requiere una “total y puntual cooperación” por parte de Irán y que el OIEA sigue persiguiendo este objetivo.
Por lo demás, Teherán mantiene paralizado su programa de agua pesada y la construcción del reactor de Arak, que habría servido para elaborar plutonio, otro combustible de doble aplicación, tanto civil como militar.
El acuerdo de 2015 fue negociado durante meses por Estados Unidos, Rusia, China, Alemania, Francia y el Reino Unido con Irán y puso fin a más de una década de conflicto diplomático por el programa atómico que Teherán ocultó durante una década larga y sobre el que había fundadas sospechas de una intencionalidad militar.
A cambio de limitar la dimensión y la intensidad de sus esfuerzos nucleares y de aceptar un estricto régimen de inspecciones y controles del OIEA, Irán vio cómo se levantaban paulatinamente las sanciones que minaban su economía.
Con la llegada a la Casa Blanca del presidente Donald Trump, que calificó el tratado de “el peor acuerdo”, EEUU regresó a la política de “máxima presión” y se salió del pacto en 2018, dice que quiere renegociarlo e incluir cuestiones ajenas a lo nuclear, como el veto a que Irán desarrolle misiles balísticos, y mientras tanto ha vuelto a imponer sanciones a Teherán.
Irán argumenta que seguirá incumpliendo mientras los países europeos firmantes del pacto no establezcan mecanismos para aliviar el lastre que sufre su economía a causa de las sanciones de EE.UU., especialmente en lo que se refiere al bloqueo de venta de su petróleo.