“Estamos comprometidos a que todos los asuntos entre India y Pakistán (...) se resuelvan de manera bilateral y pacífica”, dijo Akbaruddin a los medios de comunicación minutos después de la celebración de consultas a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de la ONU para hablar sobre la situación.
El representante indio insistió además en el carácter democrático de su país frente a las críticas que ha recibido después de haber impuesto fuertes restricciones en la región de Cachemira, tras la derogación de su estatus especial el pasado 5 de agosto.
Entre ellas, un corte total de comunicaciones y la limitación de movimiento en la región, con continuos controles militares y detenciones “preventivas”, que según Akbaruddin tienen el objetivo de proteger a la población de los grupos terroristas.
“Es mejor prevenir que curar. Las medidas que tomamos fueron preventivas diseñadas para evitar que los terroristas desangren a nuestro pueblo”, declaró el diplomático indio, que subrayó que en los 10 días que han pasado desde la retirada del estatus especial de Cachemira no se ha producido ninguna muerte.
“El orden público es integral para garantizar la democracia”, agregó el portavoz de India, que señaló que el país es consciente de que se han impuesto unos plazos para la retirada de las restricciones y apuntó que ya se están atenuando.
Por otro lado, Akbaruddin se mostró particularmente preocupado por que “se esté avivando el terrorismo” y que se utilicen palabras como “jihad” en referencia a Pakistán, al que la India ha acusado anteriormente de facilitar la actividad de grupos terroristas en la región de Cachemira, y pidió que se “ponga fin al terror para iniciar conversaciones”.
“Utilizar el terror para impulsar tus objetivos no es la forma en la que se comportan los estados normales. Ninguna democracia acepta empezar conversaciones cuando empieza el terror”, aseveró.
Asimismo, dejó claro que considera que la crisis de Cachemira es una cuestión interna del país, y que no tiene “ninguna ramificación externa”.
La India y Pakistán se disputan Cachemira desde la partición del subcontinente indio en 1947 tras su independencia del Imperio británico y han librado dos guerras por una región que, además, es escenario desde los años 90 de un movimiento insurgente de tintes separatistas que según Nueva Delhi alienta Islamabad.