EE.UU. abandona el tratado de desarme nuclear INF con Rusia

WASHINGTON. Estados Unidos abandona oficialmente este viernes el tratado sobre armas nucleares de alcance intermedio (INF, por sus siglas en inglés) tras acusar a Moscú de no respetarlo durante años; una decisión que abre el camino a una nueva carrera armamentística frente a Rusia y, sobre todo, China.

Un activista con una máscara del presidente estadounidense Donald Trump durante una protesta en Berlín, Alemania.
Un activista con una máscara del presidente estadounidense Donald Trump durante una protesta en Berlín, Alemania.OMER MESSINGER

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, calificó la desaparición de este tratado como un paso peligroso que “probablemente aumentará, no reducirá, la amenaza que representan los misiles balísticos”.

“Cuando expire mañana, el mundo perderá un freno invaluable en la guerra nuclear”, dijo el jueves.

El gobierno del presidente estadounidense Donald Trump asegura que el tratado ya está muerto debido a las violaciones de Rusia, acusación que el país niega.

“El tratado INF fue útil para nosotros, pero solo funciona si las dos partes lo respetan”, dijo hace poco el nuevo jefe del Pentágono, Mark Esper. “Estados Unidos respetará el tratado y todas sus obligaciones hasta el 2 de agosto y después haremos lo que nos convenga”, declaró en el Senado.

Washington lanzó el 1 de febrero la retirada de ese acuerdo bilateral firmado durante la Guerra Fría, un proceso que dura seis meses.

El presidente ruso, Vladimir Putin, ratificó el 3 de julio la suspensión de la participación de Rusia en ese acuerdo.

La retirada de los dos países pone fin al tratado INF que, al prohibir el uso de misiles con un alcance de entre 500 y 5.500 km, había permitido la eliminación de los proyectiles balísticos SS20 rusos y Pershing estadounidenses desplegados en Europa.

Los europeos mostraron su preocupación ante el riesgo de una nueva carrera armamentística en su continente, pero la OTAN apoyó la postura estadounidense, alegando que el misil ruso 9M729 violaba el tratado INF. Moscú desmintió esas acusaciones y afirmó que su nueva arma tenía un alcance máximo de 480 km.

El final del tratado puede ser beneficioso para Estados Unidos, opinó el mes pasado el exsecretario de Defensa Ash Carter.

“Desde un punto de vista militar, y no político, no está tan mal”, dijo durante una conferencia en el centro de estudios Council on Foreign Relations. ” Podríamos hacer un buen uso de lo que llamamos un ataque convencional rápido”.

De hecho, el Pentágono se alegra de poder modernizar su arsenal para contrarrestar el creciente poder de China, que intenta asentar su supremacía militar en Asia.

El jueves, Trump le dijo a periodistas que el tema del INF ni siquiera fue mencionado cuando habló por teléfono con Putin el miércoles sobre los incendios forestales rusos. Sin embargo, sugirió vagamente que podría crearse un nuevo tratado.

“A Rusia le gustaría hacer algo sobre un tratado nuclear y eso está bien para mí. A ellos les gustaría hacer algo y a mi también”, dijo.

Nuevas tecnologías

“La mayor parte del arsenal chino se compone de misiles de alcance intermedio y debemos estar seguros de tener las mismas capacidades si, por desgracia, entramos en conflicto con ellos algún día”, subrayó Esper.

Washington aseguró que no desplegaría nuevos misiles nucleares en Europa, pero no hizo ninguna promesa sobre el despliegue de armas convencionales.

Las nuevas tecnologías permiten desarrollar armas de alcance intermedio mucho más precisas que hace 30 años, explica el exembajador William Courtney, que trabaja de experto en el centro de reflexión independiente Rand Corporation.

“La tecnología ha cambiado tanto que eso las vuelve (las armas de alcance intermedio) militarmente atractivas”, explica ese especialista del desarme.

Para Thomas Mahnken, del centro de estudios estratégicos de la universidad Johns Hopkins, Estados Unidos debe desplegar esos misiles convencionales de medio alcance en islas del Pacífico y en territorios de países aliados para contrarrestar la potencia de Pekín en el mar de China meridional, donde el ejército chino ha conquistado varias islas en disputa.

“Es hora de darle un vuelco a la situación”, opinó ese experto en un comentario publicado en la web especializada “War on the rocks”. “Esas armas capaces de impedir el acceso de China a las aguas litorales serían una fuerza de disuasión frente a la agresión china”.

Una propuesta que parece contar con el beneplácito del próximo jefe de Estado Mayor, el general Mark Milley.

Cuando los senadores le preguntaron por el final del tratado INF, Milley dijo que veía con buenos ojos el despliegue de misiles terrestres convencionales de alcance medio en la región indo-pacífica.

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