“Ahora empieza el trabajo difícil, pero estoy absolutamente seguro de que estaremos a la altura de los acontecimientos”, prometió tras su apabullante victoria electoral del domingo. Apenas asumido, Mitsotakis recibió la advertencia de la Unión Europea de que deberá cumplir con los compromisos contraídos por el país. “Mi consejo sería respetar los compromisos”, dijo el presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, al final de una reunión de ministros de Finanzas de la zona euro el lunes por la noche en Bruselas.
Mitsotakis, heredero de toda una dinastía política, gobernará con mayoría absoluta, con 158 de los 300 diputados del Parlamento unicameral griego. Lo hará con un gabinete que incluye numerosos tecnócratas, pocas mujeres y dos ex dirigentes de extrema derecha, según el anuncio oficial hecho este lunes.
En el nuevo ejecutivo, que asumirá el martes, destacan como titular de Finanzas Christos Staikouras –viceministro del ramo entre 2012 y 2015– y como canciller Nikos Dendias, quien fuera ministro de Orden Público cuando en 2013 arrancó una macrocausa judicial contra el partido neonazi Amanecer Dorado, por el asesinato de un rapero de 34 años. Con esto, los conservadores griegos ponen fin a los cuatros años y medio de poder de Syriza, el partido de izquierda radical encabezado por el premier saliente Alexis Tsipras, quien prometió mantenerse “activo en la oposición”, con sus 86 diputados.
Tsipras llegó al poder en 2015 con la esperanza de poner fin a las políticas de austeridad, impuestas por sus socios europeos y el Fondo Monetario Internacional como remedio a una crisis de deuda pública que acabó contagiando toda la economía y destruyendo el 25% del PIB nacional.
Sin embargo, pronto se topó con la realidad, y en un giro de 180 grados, negoció el verano de aquel año con sus acreedores un nuevo rescate económico que se tradujo en más sacrificios: recortes salariales, subidas de impuestos... Un cambio que muchos de sus seguidores no le han perdonado.
“Alexis Tsipras tuvo que imponer medidas dictadas desde el extranjero, y no tuvo elección” , comentó a AFP Nikos, un comerciante de 39 años que trabaja en el centro de Atenas. Cuatro años después, Tsipras presume de haber sacado al país de un penoso ciclo de rescates (tres en total) que se tradujeron en más de 450 reformas en todos los ámbitos del Estado. Sin embargo, la economía del país sigue bajo vigilancia de sus socios y acreedores, y los números no son demasiado halagüeños: el desempleo es el más alto de la Eurozona (19,2% en el primer trimestre), y la deuda asciende a un 180% del PIB, si bien este año se espera descienda al 167,8%.
Menos impuestos
Las huellas de la crisis económica siguen siendo visibles en el deterioro de numerosos barrios residenciales de Atenas, y en una “fuga” al extranjero de miles de jóvenes universitarios. Frente a esta salida en falso de la crisis, Mitsotakis dijo la semana pasada a la AFP que su objetivo supremo es “asegurarnos de que reactivamos la economía” , con “un crecimiento ambicioso espoleado por las inversiones privadas, las exportaciones y la innovación” .
Mitsotakis se mostró igualmente optimista en cuanto a la posibilidad de convencer a los acreedores europeos de Grecia de la conveniencia de rebajar sus exigencias fiscales, a cambio de un “paquete completo de reformas”. Como parte de su promesa de reactivación, el líder conservador quiere acometer también una reducción masiva en impuestos como el IVA, el de sociedades, el de bienes inmuebles o el de la renta.
Vuelve una dinastía
Con Mitsotakis, formado en la universidad de Harvard y ex consultor de McKinsey en Londres, vuelve de lleno al poder una dinastía de políticos conservadores. Su padre Constantinos fue primer ministro entre 1990 y 1993, su hermana Dora Bakoyanni desempeñó varios cargos ministeriales y ejerció de alcaldesa de Atenas, y desde el mes pasado, el hijo de ésta y sobrino de Kyriakos, Costas Bakoyannis, es el regidor de la capital griega. El nuevo primer ministro griego fue felicitado por los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y Turquía, Recep Tayyip Erdogan, así como por la canciller alemana Angela Merkel.