El colectivo de izquierda italiano Mediterránea lleva a bordo de su barco fletado, “Alex”, a 41 migrantes, mientras que el “Alan Kurdi”, de la ONG alemana Sea-Eye, transporta a 65 migrantes rescatados frente a las costas de Libia.
Al anunciar su intención de desembarcar a los migrantes en la isla siciliana de Lampedusa, el ya duro enfrentamiento entre estas oenegés y Salvini corre el riesgo de agravarse aún más. Salvini divulgó el mes pasado un decreto según el cual pueden ser multados con hasta 50.000 euros (US$ 57.000) el capitán, el operador o el propietario de un barco que “ingrese en las aguas territoriales italianas sin autorización”.
“Estamos esperando en aguas internacionales, frente a la costa de la isla de Lampedusa” tuiteó Sea Eye, desde el barco “Alan Kurdi”. “La Guardia di Finanza (aduanas) vino para entregarnos el decreto de Salvini: el puerto está cerrado”.
¿Solución europea?
El ministro alemán del Interior Horst Seehofer tuiteó que Alemania está dispuesta a acoger a algunos de los migrantes rescatados como “parte de la solución europea basada en la solidaridad”.
Sea-Eye indicó en un comunicado que los 64 hombres y la mujer que se hallan a bordo del “Alan Kurdi” fueron rescatados de una sobrecargada lancha neumática, en la que los migrantes carecían de agua potable, de teléfonos satelitales y de instrumentos para la navegación. Por otra parte, Malta aceptó “en un gesto de buena voluntad”, recibir a los migrantes a bordo del “Alex” a cambio de la transferencia de un número equivalente a Italia. La organización mediterránea acogió favorablemente la idea de desembarcar a los migrantes en Malta, pero advirtió que su navío, un velero de 18 metros, no estaba en condiciones de recorrer las 100 millas náuticas (185 km) que lo separan de La Valeta.
“En estas condiciones es imposible navegar durante 15 horas” aseguró en Twitter Alessandra Sciurba, de Mediterránea. Sciurba dijo que Italia ha aceptado a familias y a mujeres embarazadas, “pero siguen a bordo menores no acompañados, incluido un niño de 11 años”.
La popularidad de Salvini
La organización Mediterránea agrupa a militantes de extrema izquierda, de los que se declara abiertamente enemigo Salvini, cuya popularidad se ha disparado en Italia gracias a su dura posición contra los barcos de las ONG que socorren a migrantes. Un sondeo publicado el sábado por el diario italiano Corriere della Sera revela que un 59% de los italianos aprueba la decisión de Salvini de cerrar los puertos a los barcos de las oenegés.
La semana pasada, al mando del “Sea-Watch”, la capitana alemana Carola Rackete fue detenida tras haber atracado sin autorización en Lampedusa para desembarcar a 40 migrantes rescatados en el mar, y que llevaban bloqueados a bordo durante más de dos semanas. El martes, una juez italiana invalidó su detención, argumentando que actuó para salvar vidas, una decisión que generó duras criticas de Salvini.
Sin embargo, dos investigaciones diferentes, por resistencia a un oficial y ayuda a la inmigración clandestina, siguen en curso en su contra. A lo largo de esta crisis, Salvini elevó el tono de sus declaraciones y los tuits furiosos contra la alemana, describiéndola como “problemática” o “criminal” .
Uno de los abogados de Carola Rackete anunció el viernes que su cliente demandará por difamación a Matteo Salvini.