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Le dicen "Matungo" por su gran contextura física y en su Facebook tiene varias fotos posando con armas y hasta caracterizando a gangsters de películas norteamericanas. Su nombre real es Eduardo Alberto Ramírez Cantero y está acusado de ser el nexo en Paraguay de la banda que contrabandeaba fusiles desde Argentina a organizaciones criminales en su país y Brasil, y que cayó luego de la "Operación Palak", en la que se decomisaron mil armas de grueso calibre.
A "Matungo" ya lo había detenido en septiembre de 2016 la Policía Nacional paraguaya en Asunción, durante un allanamiento en una armería trucha. Para entonces, Ramírez Cantero ya tenía pedido de captura por parte de la Justicia de su país en una investigación por tráfico de armas junto a un socio, Carlos Federico León Ocampo.
No obstante, a fines de 2018, Ramírez Cantero recuperó la libertad mientras continuaba el proceso penal en su contra. Los investigadores creen que nunca dejó de dirigir su negocio de "proveedor a grandes organizaciones delictivas". Casualmente, en estos días se está desarrollando el juicio oral contra "Matungo" en Paraguay.
Pero, ¿cómo apareció el nombre de Ramírez Cantero en esta trama? Con las pistas que dejó el operativo "Arsenal Clandestino", realizado en noviembre pasado, en el que según el Ministerio de Seguridad de la Nación se secuestraron "más de 600 armas" que iban a ser vendidas a "organizaciones delictivas de Brasil" y se detuvo a cuatro personas, comenzó una nueva
Un informe de la agencia Homeland Security Investigation (HSI) en Miami brindaba datos de una encomienda sospechosa, en la que se estarían enviando partes de armas desde Estados Unidos a la Argentina. A la vez, los espías norteamericanos comprobaron que había una gran cantidad de encomiendas similares. La mayoría iban dirigidas a una sola persona: Román Ragusa (55), con domicilio en el barrio porteño de Flores.
Mientras tanto, el juez Pablo Yadarola, a cargo del caso, encomendó a Gendarmería distintas medidas, entre ellas, intervenciones telefónicas y tareas de inteligencia en la zona, que se sumaron a los informes de la AFIP, AFI y ANMAC (ex Renar).
Gendarmería logró ubicar la casa de Ragusa, sobre avenida Ramón Falcón al 2300, y otras relacionadas a él en Juan José Naon al 600 y Balbastro al 2100, donde vive su hermano Flavio.
Como resultado de la investigación, los agentes determinaron que Ragusa tenía una relación estrecha con "Matungo" Ramírez Cantero. Sumado a que las armas que le habían secuestrado en la armería trucha de Asunción en 2016 provenían de Argentina.
La sospecha es que Ragusa y "Matungo" eran una parte de la banda que no había sido detenida en el operativo "Arsenal Clandestino" y que también estaba involucrada en el contrabando. Concretamente, adquirían piezas de armas desde Estados Unidos y las ingresaban a la Argentina disimuladas en encomiendas. Otra de las rutas que usaban los supuestos contrabandistas era por correo desde España hacia Holanda y desde ese país en contenedores que venían al país en barco.
Para avanzar con el caso fue clave el análisis de los elementos que le habían secuestrado a Ramírez Cantero en 2016. Entre todo su arsenal había una caja de plástico con piezas de FAL y una caja de cartón en la que aparecía una etiqueta de encomienda con destino a Clorinda (Formosa) con el nombre de "Carlos León", el socio de "Matungo". Como remitente figuraba "Oscar Ortiz", con domicilio en avenida San Martín al 2000, en Rosario.
Cuando los investigadores fueron tras los rastros de Ortiz, descubrieron que en realidad se trataba de un nombre fantasma para hacer los envíos ilegales. En el timbre del departamento en cuestión estaba anotado el apellido "Ragusa". En ese lugar, vivía Luis, uno de los hermanos de Román Ragusa.
Según la hipótesis judicial, "Matungo" recibía las armas que le enviaban los Ragusa -Román, el jefe del supuesto clan, junto a su padre Osvaldo y su hermano Flavio- y también otros presuntos proveedores como Ricardo Guillermo Deisernia (52), alias "El Tuerto Richard", que en su casa de Martínez tenía un arsenal repleto de fusiles AK-47, carabinas Colt M4 y FAL, entre otras, y el odontólogo Hernán Castillo (44), que atrás de su consultorio de Bahía Blanca guardaba 45 armas de guerra valuadas entre 150 mil y 200 mil dólares.
La ruta que hacían las armas desde Buenos Aires, Córdoba, Bahía Blanca y Rosario hacia Paraguay era a través de colectivos. Según los investigadores, el socio de "Matungo", Carlos León, creó una empresa fantasma que le permitía ingresarlas a Paraguay hasta la localidad de Pedro Juan Caballero. Allí, los cargamentos de contrabando serían entregados a organizaciones narcos con control de las fronteras para que "Matungo" concrete las "exportaciones" a Brasil sin inconvenientes.
Una de las pruebas de los investigadores para sostener esto es el hallazgo de una ametralladora calibre .50 en Pedro Juan Caballero que pertenecería a León y que se habría usado para asesinar a un jefe de una banda narco que se movía en un blindado y también en un ataque al senador paraguayo Robert Ramón Acevedo Quevedo en 2010, que salvó su vida de milagro.
Todo derivó en la bautizada "Operación Palak" que consistió en 38 allanamientos en Capital y el Conurbano, dos en Tandil, tres en Bahía Blanca, cuatro en Córdoba, dos en Santiago del Estero, uno en Rosario y uno en General Roca (Río Negro).
En total se secuestraron 1.235 armas, 200 mil municiones, 808 bombas y componentes para su fabricación (colas, cabezales, carcasas, espoletas) en un predio de la Fuerza Aérea y 740.655 pesos, 136.533 dólares, 43.780 euros, 16 vehículos y celulares.
Según el Ministerio de Seguridad de la Nación, los acusados montaron una organización que enviaba armamento a la ciudad paraguaya de Pedro Caballero y que tenía como destinatarios finales el Comando Vermelho y Primer Comando Capital, las más peligrosas organizaciones criminales de Brasil.
Este viernes, el odontólogo bahiense Castillo fue trasladado desde su ciudad hacia Capital Federal con un fuerte operativo de seguridad. En las próximas horas está previsto que declare ante el juez Yadarola.
LM
Fuente: Clarín.
Niega acusaciones
Ramírez Cantero alias “Matungo” dio su versión sobre estos hechos a través del sistema de mensajería WhatsApp en la noche del sábado. Respondió que “no sabe nada” en relación a la incautación de la droga en Misiones y que su interés era dar su versión sobre lo publicado en medios argentinos, específicamente Clarín.
“Esas publicaciones en donde me atribuyen ser un nexo de fabricantes de armas son totalmente falsas y carecen de validez. “En honor a mis familiares que están muy afectados por las publicaciones periodísticas carentes de veracidad tanto argentinas como de medios locales y en honor a la verdad quiero desmentir categóricamente que yo, Eduardo Ramírez, no soy ni nunca fui ningún nexo de ninguna banda de traficantes de armas desbaratada en la Argentina”, escribió.
“Supuestamente las pruebas que me involucran son la supuesta incautación, en mi negocio de armas de procedencia argentinas y también la incautación de una caja de plástico conteniendo repuestos de fusiles y una caja de cartón de una supuesta encomienda con el nombre de Carlos León adherido a la caja proveniente de Corrientes, Argentina; para Clorinda, y es totalmente falsa esa información porque ninguna de estas supuestas pruebas fueron encontradas en mi negocio ni en mi domicilio particular y eso obra en las actas de allanamientos donde se pueden comprobar la veracidad de mis descargo. También quiero aclarar que el señor Carlos León jamás fue mi socio comercial en ningún tipo de negocio y el apodo de “Matungo” que me inventaron es falso. A mi todos me conocen por el apodo de “Chiquito”. Lo único cierto de las publicaciones es que actualmente estoy con un juicio oral y publico en donde demostraré mi inocencia”, concluyó.