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Los hechos investigados en la causa se originaron en el año 2017, en la ciudad de Trinidad, cuando el ahora condenado llevó bajo engaños a la joven (ambos son oriundos de Hohenau) hasta un establecimiento agrícola, donde violentó sexualmente a su acompañante.
El caso fue denunciado ante la comisaría Doce de Hohenau y la Fiscalía zonal de Colonias Unidas, ante la unidad a cargo de la fiscal Angelina Arriola.
Atendiendo a que la ciudad de Trinidad corresponde jurisdiccionalmente a la Fiscalía de Encarnación, la causa fue remitida a la unidad 10 de la Fiscalía local, pero por una de esas coincidencias del destino, a fines del 2017 hubo traslados en la Unidad 10, y la fiscal Arriola asignada a dicha dependencia, por lo que le tocó impulsar la investigación, caratulada como “Coacción sexual y violación”.
De acuerdo a los antecedentes del caso, Acosta Amarilla se hizo amigo de la familia de la víctima tras la muerte del padre de la joven. Un día 14 de marzo de 2017 víctima y victimario fueron hasta la ciudad de Encarnación, y al regreso el autor intentó ingresar a un motel, pero ante la resistencia de la joven desistió de ingresar al local, pero cuando ya retomaron el camino de regreso el sujeto dijo a la joven que debía llegar a un establecimiento ganadero porque quería ver unos animales para comprar.
En el sitio fueron recibidos por el capataz del establecimiento, Pedro Mendieta, y posteriormente se internó en un piquete, donde abusó de la joven. A su regreso la víctima relató lo sucedido a sus familiares y se formuló la denuncia.
Además de condenar al acusado, por decisión del presidente del tribunal juzgador, González Martin, se resolvió remitir al Ministerio Público el caso del capataz, Pedro Mendieta, quien será investigado en su grado de participación y eventualmente ofrecer testimonio falso ante el tribunal.
De acuerdo a la fiscal Arriola, su conclusión de la investigación es que la violación fue planificada y premeditada, aprovechándose de la situación de confianza que el agresor gozaba.