Tras la recepción oficial de los cerca de 140 invitados a la ceremonia, el príncipe heredero Husein bin Abdalá, de 28 años y el mayor de los cuatro hijos de Abdalá II y Rania, llegó a la carpa preparada para el enlace ataviado con el uniforme del Ejército jordano y se sentó junto a su padre para esperar la llegada de la novia.
Rajwa Al Saif, nacida en Riad en 1994, estudió arquitectura en la Universidad de Syracuse en Nueva York (EE.UU.) y es descendiente de la familia Al Saif, cuyo origen es la tribu de los Subaie, los jeques de la localidad de Al Atar, situada en la región saudí de Neyed.
Al Saif llegó al palacio en un Rolls-Royce Phantom V de 1968, que fue hecho a medida para la reina Zein al Sharaf y bisabuela de quien es ya su marido, luciendo un vestido blanco de Elie Saab, de tipo minimalista con un diseño ajustado a la cintura, silueta recta y escote asimétrico con una cola de varios metros con detalles drapeados, velo bordado con tiara de diamantes y zapatos planos.
A su llegada a la sala de ceremonia, los invitados aplaudieron su entrada de pie y tomaron asiento en cuanto la novia se sentó junto al príncipe para dar comienzo al enlace nupcial con el correspondiente intercambio de alianzas y las firmas del acta matrimonial tras darse el 'sí quiero'.
Posteriormente, ya marido y mujer, salieron a los jardines para saludar a cada uno de los asistentes y posar para las fotografías que marcarán el recuerdo de esta celebración antes de dar paso al banquete.
Los reyes eméritos de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía, llegaron sobre las 16.45 hora jordana (13.45 GMT), juntos en el mismo vehículo, al palacio de Zahran, donde les recibieron los reyes Abdalá II y Rania de Jordania antes de pasar a la carpa instalada en los jardines del mirador elegido para la boda real.
La reina emérita Sofía saludó de manera efusiva tanto a Abdalá II como a Rania durante la recepción oficial, seguida de Juan Carlos I, quien les saludó de manera más cordial apoyado en un bastón y con la ayuda de un escolta.
Al enlace también asistieron miembros de otras casas reales europeas, como los reyes de Holanda Guillermo y Maxima, junto a su hija mayor, Amalia, y los príncipes herederos de Noruega, Dinamarca y Suecia, entre otros, además de la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden.
Celebración por todo lo alto
Al término de la ceremonia matrimonial, el príncipe heredero Husein y su mujer Rajwa abandonaron los jardines del Zahran para poner rumbo al palacio de Al Huseiniye, donde tiene lugar la celebración del banquete con 4.000 invitados, a quienes se les ha proporcionado un servicio de autobuses gratuito para su traslado.
Los recién casados se desplazaron en un coche descapotable blanco decorado con flores para la ocasión y recorrieron las principales carreteras, rodeados por la llamada “procesión roja”, durante la cual miles de jordanos y residentes les vitoreaban a su paso y les dedicaban mensajes de felicidad.
La procesión roja es la tradición más destacada de los festejos nacionales jordanos, en la que una caravana de unos 20 vehículos Land Rover (14 que forman parte de la celebración y seis de reserva) cruzan las calles de la capital del reino acompañanos con 10 motocicletas, que reemplazaron a los caballos del pasado.
Unas 71 personas están a bordo del convoy de la guardia real jordana, con bufandas rojas sobre el pecho, a modo de escolta de los futuros herederos del trono hachemita.
El evento real incluye fuegos artificiales, que se lanzarán desde los parques de Jordania alrededor de las diez de la noche.