Conocé a Gerardo Franco, el paraguayo mochilero que ya recorrió 129 países

Gerardo Franco nació en Ciudad del Este y desde chico soñaba con recorrer el mundo. Su primer viaje lo hizo a los 12 años, cuando fue a Chile con una escuela de fútbol, y a los 20 años dejó el país para ir rumbo a España. Luego, desde ahí comenzó a hacer realidad su anhelo de conocer diferentes naciones. Su primer destino fue Tailandia, en 2015, y hasta hoy el mochilero altoparaense ya estuvo con la tricolor en sus manos en 129 países.

Gerardo Franco con su inseparable tereré en Altyn Arashan, Kirguistan.
Gerardo Franco con su inseparable tereré en Altyn Arashan, Kirguistan.Gentileza/Gerardo Franco

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“¡Nací y me malcrié en Ciudad del Este hasta los 20 años! ¡Poco o nada conocía Paraguay cuando tuve que dejar mi tierra querida!”, comenzó contándonos Gerardo Franco en comunicación desde España, donde actualmente se encuentra trabajando en una obra en construcción para así ahorrar y seguir surcando el mundo.

La primera consulta que le hicimos fue si desde siempre le gustó viajar y nos respondió feliz: “¡Desde que tenía uso de razón soñaba con conocer los rincones de este planeta al que pertenezco! Recuerdo que coleccionaba unos fascículos de ABC Color de una enciclopedia llamada Espasa Calpe, ¡esperaba ansioso los martes y jueves para tenerlos, y ver qué países traía para saber de ellos!

Siempre con la tricolor. Gerardo Franco en Kuala Lumpur, Malasia. (Gentileza/Gerardo Franco)
Siempre con la tricolor. Gerardo Franco en Kuala Lumpur, Malasia. (Gentileza/Gerardo Franco)

Sus inicios como viajero

Gerardo Franco nos reveló que es “virginiano”. “Voy por el año 37 en mi línea de tiempo particular, nací en septiembre del 84″, nos dijo y recordó cuándo inició su recorrido por el mundo: “Mi primer viaje fue a los 12 años con una escuela de fútbol a Chile. Luego a los 20 años dejé la carrera de ingeniería electromecánica porque ya no podía pagarla y no quería que mi madre pague por mí, empaqué algunas de las pocas ropas que tenía en una maleta fea y emprendí un viaje sin pronósticos ni futuro. Solo tenía en la cabeza que no regresaría con las manos vacías, lo que más me motivó fue no darle la razón a mi madre ‘que me iba a arrepentir’, ese viaje fue a Barcelona, donde estoy actualmente. Pero la decisión para viajar por el mundo la tomé en marzo del 2015, al regresar de mi primer viaje a una cultura muy diferente, Tailandia”.

Gerardo Franco rodeado de niños, en Bamyan, Afganistán. (Gentileza/Gerardo Franco)
Gerardo Franco rodeado de niños, en Bamyan, Afganistán. (Gentileza/Gerardo Franco)

“Este viaje por el mundo empezó un 21 de noviembre de 2015, después de mucho esperar por algún compañero/a de viaje porque el miedo de viajar solo era demasiado, pero no me quedó de otra que empezarlo solo, salí con lágrimas en los ojos pero de miedo desde Barcelona rumbo a Rusia, ¡sin hablar inglés casi!”, siguió relatando Gerardo Franco a ABC Digital.

“Rusia fue el primer país de este recorrido, empecé haciendo el transiberiano, tenía anotado algunas palabras en ruso que una amiga rusa me dijo que sería imprescindible, para llegar a los lugares iba mostrando un papel con el lugar y así me iban orientando. En Rusia en el 2015 encontrar alguien que hable inglés era muy difícil, pero el problema era que yo tampoco hablaba inglés”, dijo entre risas Gerardo Franco.

Orgulloso de ser paraguayo. Gerardo Franco en Cape Maclear, Malawi. (Gentileza/Gerardo Franco)
Orgulloso de ser paraguayo. Gerardo Franco en Cape Maclear, Malawi. (Gentileza/Gerardo Franco)

“Nunca pensé que iba a ser un mochilero”

¿A qué te dedicabas cuando comenzaste como ‘mochilero’ y qué trabajo haces actualmente para poder viajar por el mundo?, preguntamos al compatriota que ya recorrió 129 países. Esta fue su respuesta: “Realmente nunca pensé que iba a ser un mochilero (risas) y tampoco pensé que iba a poder cumplir mi sueño de viajar por el mundo. Cuando llegué a un pueblo llamado Santa Eulalia de Ronçana a unos 30 km de Barcelona, empecé a irme a la obra, digamos como ‘de oyente’, porque yo no sabía si me iban a pagar o no, yo solo me iba cada día y al trote trabajaba. No sabía ni el nombre de las herramientas, para mí no había ni equipos de protección ni nada, yo a puro pulmón demostrando que tenía ganas. En uno de esos días, las yemas de mis dedos se gastaron todo bajando bloques de hormigón, al terminar la jornada recuerdo que me tiré en una furgoneta y llorando decía: ‘¿Por qué tengo que vivir esto?, y cantaba la música Alma Misionera. Hoy en día me acuerdo y me cagó de la risa. Hacía como cinco días que estaba trabajando y ya se me hacía eterno, y eso que ni sabía si iba a cobrar o no, yo solo me iba a trabajar. Había llegado un 29 de enero a España y el 31 ya estaba laburando, la primera semana de febrero hizo un frío terrible. Nunca había vivido un cambio tan drástico, estar a 40 grados en Paraguay y pasar al frío europeo de unos -5 grados”.

Con la Albirroja puesta y nuestra bandera en sus manos, Gerardo Franco posaba en el Campo base del Everest, en Nepal. (Gentileza/Gerardo Franco)
Con la Albirroja puesta y nuestra bandera en sus manos, Gerardo Franco posaba en el Campo base del Everest, en Nepal. (Gentileza/Gerardo Franco)

Gerardo Franco siguió recordando: “¡Trabajé durante cuatro años en la construcción ya que no tenía residencia y era el único trabajo al que tenía acceso! Después de tener papeles ya trabajé en bares, de chofer, de seguridad, en el aeropuerto y muchos otros lugares”.

Una foto actual de Gerardo Franco, quien se encuentra en España trabajando en el rubro de las construcciones. (Gentileza/Gerardo Franco)
Una foto actual de Gerardo Franco, quien se encuentra en España trabajando en el rubro de las construcciones. (Gentileza/Gerardo Franco)

“Hoy en día otra vez estoy en la obra ya que no hay mucho protocolo para trabajar y relativamente se gana bien, siempre y cuando sepas hacer las cosas y le pongas ganas”, expresó Gerardo Franco.

129 países recorridos

San Marino fue mi país 129, de los 197 que están mencionados como oficiales, si no fuese por la pandemia capaz estaría por mi país 170 y pico. Pero gracias a eso también pude conocer casi todos los rincones más bonitos de mi querido Paraguay con sus 17 departamentos, con una motito china que era como una ensalada de frutas, que me dio mucho akarasy”, siguió contándonos Gerardo Franco.

Algunos de los países hasta donde llegó el oriundo de Ciudad del Este fueron: Afganistán (en conflicto), Corea del Norte, Siria (en conflicto), Irak, Irán, Mongolia, Japón, Brunei, Kirguistan, Venezuela, Las Guyanas.

Gerardo Franco en Taipéi, Taiwán. (Gentileza/Gerardo Franco)
Gerardo Franco en Taipéi, Taiwán. (Gentileza/Gerardo Franco)

¿Cuáles fueron los que más te impresionaron?, fue nuestro siguiente requerimiento. “¡Tailandia cambió mi forma de ver la vida! Nepal con los Himalayas, Venezuela con su naturaleza de otro planeta, Guyana, Surinam, Guayana Francesa, era como pasar un portal hacia África y otros rincones del mundo. ¡Afganistán también es una cosa de locos! Bueno, podría citar al menos una cosa impresionante de cada país, ya sea cultural, económico o natural. ¡Y África creo se merece un lugar privilegiado! Allí es donde brillan esperanzas en los ojos de sus habitantes”, aseguró Gerardo Franco.

“La gran mayoría ni sabe que existimos”

También quisimos saber qué le dicen cuando cuenta que es de Paraguay. Sin rodeos, Gerardo Franco respondió: “Para ser sincero la gran mayoría ni sabe que existimos, una vez le mostrás en el mapa lo ubican, o solo dicen que lo ubican. ¡Creo que por eso cada vez soy más patriota y orgulloso de esa pequeña porción de tierra en Sudamérica! Quiero que algún día se acuerden de que un paraguayo estaba compartiendo con ellos, ya sea una bebida, una comida o un simple apretón de manos”.

Luego, prosiguió: “En un barrio llamado Petare (dicen que es la favela, bañado, villa más grande de América Latina y una de las más peligrosas) en Venezuela, me corté el pelo y los chicos estaban muy contentos y diciéndole a todos que le cortaron el pelo ¡a un paraguayo hermano! Para mí eso no tienen precio. ¡¡Me costó 2$ el corte de cabello!!”

¡Pura felicidad! Gerardo Franco y sus amiguitos, en Semonkong, Lesotho. (Gentileza/Gerardo Franco)
¡Pura felicidad! Gerardo Franco y sus amiguitos, en Semonkong, Lesotho. (Gentileza/Gerardo Franco)

Cómo se lleva con los idiomas

Gerardo Franco no para y casi en cada travesía va aprendiendo un nuevo idioma. “Cuando salí de Paraguay solo hablaba un castellano mal hablado, en España no sé cómo, pero desarrollé el guaraní y el portugués, el inglés fui aprendiendo en el camino, también algo de italiano y ahora aprendiendo algo de francés para mi siguiente viaje”, señaló al tiempo de destacar: “Pero sobre todo el inglés, yo no hice ningún curso ni fui a ningún instituto y también pensaba que nunca iba a poder hablar, pero hoy en día puedo tener una conversación fluida, por eso, ¡si yo aprendí, creo que cualquiera que se empeñe podría hacerlo también!”.

Gerardo Franco lleva tatuado en su espalda un mapa del mundo, donde va marcando los países que ya recorrió. (Gentileza/Gerardo Franco)
Gerardo Franco lleva tatuado en su espalda un mapa del mundo, donde va marcando los países que ya recorrió. (Gentileza/Gerardo Franco)

Diferentes medios de transporte para cumplir sus metas

Hace poco contaste en tus redes que estuviste recorriendo la carretera amazónica en moto. ¿En qué otros medios de transporte normalmente hacés tus travesías por el mundo?

“Síii, hice un viaje en una moto CG 110 cilindradas. Hice 16 mil y poco de km. Salí desde Asunción, crucé la frontera en Ciudad del Este y allí arranqué rumbo a Venezuela cruzando la selva amazónica, primero llegué a Belém do Para donde embarqué la moto en una balsa y navegamos 5 días río arriba el Amazonas hasta Manaus, durmiendo en hamaca y compartiendo con la gente local que subían y bajaban en los diferentes puertos del río más extenso del mundo. ¡Qué experiencia tan linda y enriquecedora! Luego llegué hasta Boa Vista Roraima y allí tuve que decidir entre intentar acceder a Venezuela, que aún estaba cerrada, o entrar a Guyana que había abierto fronteras hacía unos días, al final para asegurar fui a Guyana”, reportó Gerardo Franco sobre su reciente experiencia.

“Ese viaje lo hice en moto, pero no soy motociclista, me muevo en cualquier tipo de transporte, ya sea barco, aviones, buses, coches compartidos, caminando, ¡siempre y cuando sea práctico y económico!”, dijo el mochilero de Alto Paraná.

Un mensaje para los jóvenes: “Dedicarle tiempo al aprendizaje”

Antes de despedirse, Gerardo Franco dejó un mensaje para los jóvenes, destacando que siempre se puede: “Solo confíen en el proceso y no intenten saltarlo, porque cada etapa te prepara para más adelante. Sobre todo, dedicarle tiempo al aprendizaje, porque cuanto más sabes, más posibilidades tienes de progresar. ¡Y si creés que valés más de lo que te dan, buscá ese lugar, el mundo es muy vasto, las posibilidades y oportunidades no te van a llegar en casa ni en tu zona de confort! ¡Lo único imposible es aquello que no lo intentamos!”.

En Andasibe, Madagascar, Gerardo Franco compartiendo con unos niños. (Gentileza/Gerardo Franco)
En Andasibe, Madagascar, Gerardo Franco compartiendo con unos niños. (Gentileza/Gerardo Franco)

“Si yo pude, sacrificando algunas cosas, ¡quiere decir que cualquier persona que le ponga empeño podría cumplir sus metas!”, finalizó Gerardo Franco desde la Madre Patria al tiempo de recordar su cuenta de Instagram @gerard.conmochila, para quienes deseen seguir por las redes las travesías de este paraguayo aventurero cuyo próximo destino sería África del Oeste o Centro de Asia.

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