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El pequeño Baltasar, hijo de Magalí Páez y Patricio Escobar, llegó al mundo el 11 de noviembre de 2021, a las 12.40, con 3.280 gramos. Ayer, el tierno bebé ya cumplió su segundo mes de vida y su orgullosa mamá no ocultó la felicidad de tenerlo en sus brazos junto al hermanito mayor, Bautista.
Los hermanitos, felices con mami y abue
“Hoy festejamos el segundo mes de Baltasar Escobar Páez”, escribió Maga Páez en su cuenta de Instagram junto a unas imágenes en la pileta de la casa ubicada en la villa veraniega, donde se encuentra vacacionando la familia Escobar-Páez.
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Mamá Magalí pasó una tardecita inolvidable en la pile con sus hijos Bautista y Baltasar. Tampoco faltó la abuela, doña Laude.
Las felicitaciones y elogios al pequeño y su mami llenaron la publicación de Maga en el Instagram, donde la influencer tiene casi 1.200.000 seguidores. También algunas madres preguntaron a Maga si a los dos meses los bebés ya pueden entrar a la pileta. “Un ratito a las 6 de la tarde, cuando ya el sol no estaba tan fuerte y el agua calentita, le metí 5 minutos. No le pasó nada. Obvio, si piletean 2 horas al mediodía sí le puede hacer mal”, respondió Magalí Páez a sus seguidoras.
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Mamá full time
Magalí Páez es mamá full time de dos peques que se llevan solo un año y siete meses. Baltasar ayer cumplió dos meses de vida y recién el 8 de abril Bautista celebrará sus dos añitos. Dos bebés demandan mucho tiempo y atención, y recientemente mamá Maga reflexionó al respecto. “Últimamente mi vida se resume a estos momentos (suelen ser más caóticos pero difícilmente pueda captarlos con una selfie). Pero en fin, son momentos en los que pienso y me preocupan las cosas que tengo/quiero/debo hacer, pero a las que prefiero y decido renunciar para quedarme con ellos, aunque solo haga de colchón como ahora, es lo máximo”, expresó Maga Páez en su Instagram junto a una imagen en un sofá con sus dos niños.
“Son momentos que elegí vivirlos, pues el tiempo pasa y ellos crecen muy rápido. Gracias a Dios que me dio la oportunidad no solo de ser mamá sino también de vivir este proceso de aprendizaje y madurez, de victorias y derrotas con ellos, mientras puedo trabajar disponiendo de mi tiempo. Es una bendición y pura gracia de Dios (regalo inmerecido)”, aseguró Magalí Paéz.