Para una versión sin gluten podés cambiar la harina común por harina de maíz fina o una harina sin gluten. Esta tarta es perfecta para servir sola o con frutas frescas o un coulis de frutas para un contraste de sabores.

Añadir ralladura de limón o naranja puede aportar un toque cítrico fresco.

Elaboración paso a paso

1. Precalentar el horno a 200°C. Engrasar un molde desmontable (aproximadamente 22 centímetros de diámetro) con manteca. Cubrir el fondo con papel para hornear, asegurándose de que sobresalga un poco por los lados. No preocuparse si el papel no está perfectamente alineado; su aspecto rústico es parte del encanto.
2. En un recipiente grande, batir el queso crema hasta que esté suave y sin grumos. Agregar el azúcar y continuar batiendo hasta que esté bien integrado. Añadir los huevos uno a uno, asegurándose de batir bien después de cada adición. Incorporar la crema de leche y el extracto de vainilla, mezclando hasta obtener una consistencia homogénea.
3. Tamizar la harina sobre la mezcla y mezclar con movimientos envolventes para evitar que se formen grumos. Este paso es crucial para que la tarta tenga la textura adecuada.
4. Verter la mezcla en el molde preparado. Hornear durante 40-50 minutos, o hasta que la superficie esté dorada oscura y el centro aún tenga un ligero movimiento al agitarlo. Este balance entre firmeza exterior y cremosidad interior es lo que hace especial a la tarta vasca.
5. Dejar que la tarta se enfríe a temperatura ambiente. Luego, refrigerar durante al menos 4 horas o, preferiblemente, toda la noche. Esto ayudará a que los sabores se asienten y la tarta adquiera una mejor consistencia al cortarla.