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La consistencia espesa y sabor característico del yogur griego han hecho que muchas personas lo prefieran sobre otras variedades de yogur. Sin duda, sus propiedades nutricionales son el principal atractivo.
Beneficios del yogur griego
Una de las principales razones para consumir yogur griego es su elevado contenido de proteínas. Comparado con el yogur tradicional, el yogur griego contiene casi el doble de proteínas, lo que ayuda a mantener la sensación de saciedad y es ideal para quienes buscan incrementar su ingesta proteica diaria, ya sea para fines deportivos o de control de peso.
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Además, el proceso de elaboración del yogur griego implica colarlo para eliminar gran parte del suero, lo que también reduce el contenido de lactosa. Esto hace que el yogur griego sea una opción más digestiva para personas sensibles a la lactosa, ayudándoles a disfrutar de los beneficios de los productos lácteos sin incomodidades.
Por otro lado, el yogur griego es rico en probióticos, microorganismos vivos que contribuyen a mantener el equilibrio de la flora intestinal. Los probióticos ayudan a mejorar la salud digestiva, apoyar el sistema inmunológico y reducir el riesgo de algunas enfermedades.
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Al ser más ácido que el yogur regular, el yogur griego requiere menos azúcar añadida para ser palatable. Esto ayuda a disminuir el consumo de azúcares en la dieta diaria, apoyando una alimentación más saludable.
Receta para hacer yogur griego en casa
Yogur griego
Ingredientes
- 1 litro de leche entera o semidesnatada
- 2 cucharadas de yogur natural sin azúcar (con cultivos activos)
Elaboración paso a paso
- Verter la leche en una cacerola y calentarla a fuego medio hasta que alcance unos 85 °C. Remover de vez en cuando para evitar que se pegue en el fondo.
- Retirar la cacerola del fuego y dejar que la leche se enfríe hasta alrededor de 43 °C.
- Añadir el yogur natural a la leche y mezclarlo bien para dispersar uniformemente los cultivos.
- Tapar la cacerola y colocarla en un ambiente cálido, entre 5 y 10 horas, hasta que la leche cuaje y adquiera la consistencia de un yogur. Se puede usar un horno apagado con la luz encendida para mantener una temperatura constante.
- Cubrir un colador con una tela fina o gasa y colocarlo sobre un recipiente. Verter el yogur en el colador y dejar que escurra en el refrigerador durante 2 a 4 horas, dependiendo de qué tan espeso se quiera el resultado final.
- Transferir el yogur griego a un recipiente hermético y conservarlo en el refrigerador. Se puede disfrutar con fruta fresca, miel, o como ingrediente en recetas de cocina.