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Similar a una cruza entre una uva y un arándano, la baya açai (se pronuncia asaí) es una drupa pequeña que consiste en un grupo de semillas. Es el fruto de una palmera silvestre que crece en regiones húmedas cerca de los ríos, sobre todo, el Amazonas. Desde siempre se ha consumido en la selva tropical como medicamento natural y actualmente son las bayas de moda, en casi todo el mundo, por sus numerosas propiedades nutricionales.
Son originarias de Sudamérica, básicamente de Brasil y Perú, donde han sido cultivadas de la misma forma por siglos. Las palmeras de 18 a 24 m son escaladas por trabajadores que cortan las ramas y deslizan los troncos lisos y delgados al suelo.
Como las bayas açai son tan bajas en azúcar y ácido, lo que protege a la mayoría de las frutas, deben ser escogidas, procesadas, pasteurizadas de forma muy rápida y congeladas en seguida antes de ser transportadas fuera del Amazonas. Si se dejan sin procesar, la fruta se oxida, se vuelve color café y pierde sus nutrientes benéficos.
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Las tribus indígenas conocen muy bien las múltiples cualidades de estas pequeñas bayas (de entre 10 y 14 mm de diámetro) de color morado oscuro, casi negro, con carne jugosa y un característico sabor amargo que recuerda al chocolate o la frambuesa silvestre, de las cuales solo un 15 % aproximadamente es comestible. Como alimento, la pulpa de açai se utiliza en el cinturón del Amazonas mezclándola con mandioca.
Los beneficios del açai
La lista de atributos de las pequeñas bayas de açai incluye un alto nivel de actividad antioxidante similar al de los arándanos, pero más de lo que se ha encontrado en las moras azules y las frutillas. Los valores de Capacidad de Absorción del Radical de Oxígeno (CARO) que miden el poder antioxidante de la pulpa/piel de la fruta açai han tenido el valor más alto entre frutas y vegetales, equivalente a 10 veces más antioxidantes que las uvas rojas.
Tienen vitaminas A, C y B, ácidos grasos esenciales Omega 3, 6 y 9, más proteína que el huevo y mucha fibra. Las bayas açai son bajas en azúcar, pero contienen cantidades excelentes de hierro y calcio. También contienen compuestos de antocianina como el resveratrol, cianuratrol y ácido ferúlico, el cual no solo le da a las frutas y vegetales su color distintivo, sino que también se conjuga con los flavonoides para defender al cuerpo contra los radicales libres dañinos. De hecho, las bayas açai contienen de 10 a 30 veces más poder de antocianina que el vino rojo.
Los ácidos grasos benéficos como el ácido oleico, uno de los mismos aceites encontrados en el aceite de oliva, son otros de sus puntos fuertes, así como los niveles altos de fibra dietética que mantienen al sistema digestivo funcionando sin problema.
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Las propiedades contenidas en las bayas açai pueden ayudar a prevenir problemas de salud, como la artritis, colesterol alto, enfermedades neurológicas y alergias. Aportan energía y se utiliza en el tratamiento de problemas digestivos, disfunción sexual e incluso insomnio.
Algunos estudios de laboratorio en animales han mostrado que tendrían efectos positivos para bajar de peso y en dolencias asociadas con el estrés oxidativo, las enfermedades cardiacas y el cáncer, aunque aún debe comprobarse si esos datos se replican en los seres humanos.
Se utilizan también en la industria como colorante natural en cosméticos, cremas antienvejecimiento, champús y acondicionadores, incluso se encuentra en suplementos alimenticios.
En Brasil se toma en bebidas, refrescos y licores, y lo habitual es adquirirlo en forma de zumos, batidos y helados, aunque también puede encontrarse polvo de açaí para añadir a postres y bebidas, y en cápsulas.
Hasta hace aproximadamente una década, no se sabía de las bayas açai fuera de las regiones amazónicas. Pero gracias a internet se convirtieron en el nuevo superalimento con sorprendentes propiedades.
En el Paraguay ya se encuentra en los grandes supermercados y en el Agroshopping. Algunas heladerías tienen estas bayas en sus helados y postres, así como en algunas pastelerías gourmet.