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La presión arterial alta es un problema de salud muy grave que afecta a muchas personas en todo el mundo y puede desencadenar distintos trastornos: desde la insuficiencia cardíaca hasta un infarto o accidente cerebrovascular (ACV). Detectarla a tiempo y aprender a corregirla pueden salvar nuestras vidas.
En líneas generales, la hipertensión se deriva de un estilo de vida inadecuado, compuesto por una serie de hábitos poco o nada saludables que practicamos a diario: beber alcohol en exceso, fumar, consumir alimentos saturados en sal, realizar actividades con altos niveles de estrés, falta de ejercicio físico, etcétera.
Muchas personas eluden realizar gimnasia y escapan a todo lo que represente algún tipo de esfuerzo físico. Prefieren llevar una vida perezosa y cómoda, pero ignoran que a largo plazo esto puede causar un daño muy grande para su salud. Comer en exceso y no hacer otra cosa que permanecer horas sentado generan, a menudo, problemas de obesidad: una de las principales causas de la hipertensión.
Generalmente, las personas que sufren de hipertensión no enfrentan la muerte así de golpe y sin aviso, sino que ocurre una serie de advertencias previas que da el organismo. Por lo general, tenemos varias oportunidades para hacer caso a estas “alertas” y modificar nuestros hábitos.
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La buena noticia es que se puede curar la hipertensión con solo cambiar de estilo de vida y desarrollar una vida más sana.
- Hacer ejercicio. No se trata de convertirnos en atletas de un día para el otro. Este es el error más frecuente de muchas personas, que deriva en graves problemas de salud. Es conveniente, en cambio, realizar breves y moderadas rutinas de ejercicio físico e irlas intensificando conforme el organismo va reaccionando más favorablemente. Hacer algún tipo de rutina física puede redundar en la baja de peso y, también, ayudar a regularizar la presión arterial alta.
- Dieta y alimentación. Otro de los factores que incide en la hipertensión es la dieta que llevamos. Evitar la comida chatarra y aquellos alimentos ricos en grasa, altos en calorías y sobreabundantes en sal o azúcar; todos ellos aumentan los volúmenes de grasa en el organismo. En lugar de estos, preferir frutas y verduras frescas.
- Controlar las adicciones. Fumar o beber alcohol en exceso puede conducir a problemas graves de presión arterial. Intenta algún tratamiento para abandonar estas adicciones de forma gradual y asesórate con un especialista.
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- Reducir el estrés. Vivir en sociedad nos expone a situaciones de mucha conflictividad o violencia, a las que se suman las preocupaciones, obligaciones, miedos y temores, que pueden conducirnos a elevar el estrés. ¡Cuidado! Esto puede hacer estragos con tu salud si no lo controlas. Un disgusto, discusión o maltrago puede desencadenar un pico de tensión y conducir a un infarto o ACV e, inclusive, provocar la muerte.
Cómo curar la hipertensión antes de que sea demasiado tarde
1. Alimentarte sano.
2. Ejercitarte regularmente.
3. Limitar el alcohol.
4. Cortar el consumo excesivo de sal.
5. Manejar el sobrepeso.
6. Dejar de fumar.
7. Manejar el estrés.
Fuente: Saludeficaz.com