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No hay duda de que la lactancia materna es el alimento ideal por excelencia para el bebé, de hecho, la OMS recomienda lactancia materna exclusiva hasta los seis meses. Pero luego de ese periodo empieza la alimentación complementaria, excepto que existan situaciones médicas que indiquen que el bebé debe iniciar más tempranamente la alimentación.
A los seis meses de vida del bebé es el momento adecuado para introducir la alimentación complementaria, cuando se deben cubrir los requerimientos nutricionales, en los cuales la lactancia materna exclusiva no alcanza y el bebé ya ha alcanzado un adecuado desarrollo de las funciones digestivas, renales y de maduración neurológica.
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Al iniciar la alimentación de semisólidos, la frecuencia de comidas sería: una a dos comidas diarias más lactancia, a no ser que el pediatra indique una colación o merienda más, que por lo general son papillas de frutas. Más adelante, la frecuencia será de entre tres y cuatro comidas al día. La cantidad de alimento va aumentando conforme el bebé va creciendo.
Alimentación del bebé: primero la fruta
La prueba de alimentos en el bebé (entre los cuatro y los seis meses de edad) se inicia con fruta, ya que es más fácilmente aceptada por su sabor dulce, siempre en forma de purés y papillas. La textura del puré es más agradable para el bebé, y le permite iniciarse en la alimentación de forma progresiva.
Si el bebé rechaza un nuevo alimento, es importante probar con diferentes combinaciones y texturas, y recordar que para el bebé el acto de comer es un período de aprendizaje y afecto.
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Se debe tener en cuenta la cantidad y calidad de los alimentos administrados, estos deben introducirse de a poco, para evitar intolerancias. Además, en la preparación del alimento, se debe extremar la higiene, y prepararse en condiciones seguras, reduciendo al mínimo el riesgo de contaminación por microorganismos patógenos.
Alimentación por etapas
- La introducción en la dieta de nuevos alimentos debe ser progresiva. Es decir, debe comenzar por los alimentos más fáciles de digerir y tolerar, e ir aumentando paulatinamente. Es importante respetar un intervalo de entre siete y 15 días para cada cambio en la alimentación o introducción de un nuevo alimento.
- Los cereales sin gluten y algunas frutas, como la manzana o la pera, deberán ser los primeros alimentos para el lactante. La edad ideal para el comienzo es a los seis meses. Es importante observar la tolerancia y prestar atención a las reacciones del bebé.
- Las verduras y la carne blanca (pollo) continuarán con este proceso.
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- Más tarde, alrededor de los siete meses, se procederá a introducir los cereales con gluten y otro tipo de carnes como la vacuna.
- A los 10 meses se incluye la yema de huevo cocida, las legumbres y el pescado.
- Por último, al año, se introduce la clara de huevo.
- Los alimentos deben administrarse en forma de puré o machacados, e ir aumentando su consistencia en función de la tolerancia y demanda del lactante.
- Este proceso continúa hasta los 18-24 meses de edad, siendo un proceso de adaptación e introducción progresiva de nuevos alimentos, para lograr una alimentación completa y variada para el futuro; pero al año de vida el bebé está listo para introducirse a la dieta familiar pudiendo consumir los mismos alimentos consumidos en casa.
Dar el ejemplo
Es de vital importancia que los padres representen un ejemplo y modelo de alimentación para el niño, ya que la variedad de comidas que este acepte depende en gran medida de la dieta familiar. Los niños aprenden por imitación y la dieta de los padres será un ejemplo para que adopte un patrón de alimentación completo, nutritivo, equilibrado y balanceado.