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Al contrario que el whisky escocés y el irlandés, el bourbon lo tiene bastante difícil en muchas regiones. La mayoría de la gente conoce este whisky americano en cócteles, combinado sobre todo con cola o ginger ale.
“El bourbon no tiene, en muchos lugares, tanto mito como el whisky escocés o el irlandés”, comenta el experto en whisky Gearóid O’Callaghan.
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Sin embargo, el bourbon también ofrece una increíble variedad y una tradición de profunda raigambre. Especialmente en Kentucky, donde proliferan las destilerías y los turistas conocedores del whisky pueden seguir su cultura en una “ruta del bourbon”.
“Esto no lo puede creer prácticamente nadie que no haya ido. En cada restaurante, por discreto que sea, hay como diez páginas de bourbon en el menú”, dice O’Callaghan.
En muchos países, la oferta de este whisky en el comercio no suele ser muy grande, pero normalmente pueden conseguirse algunos que vayan más allá del inevitable Jim Beam.
O’Callaghan recomienda para empezar clásicos como Evan Williams, Buffalo Trace, Elijah Craig y Maker’s Mark. “Son todos bastante accesibles y con una relación calidad-precio increíblemente buena”.
Lo especial del bourbon puro son las estrictas especificaciones de producción. Debe utilizarse al menos un 51 por ciento de maíz, que proporciona el sabor característico y un cierto dulzor.
Si es necesario, se añade centeno, trigo o cebada. Y agua y levadura, por supuesto. Eso es todo. El colorante, por ejemplo, no está permitido en la producción de bourbon puro.
Siempre se almacena en barriles de roble americano recién curados. “Eso le da un sabor a madera bastante fuerte”, señala O’Callaghan.
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Un consejo: el sabor a madera, que no debe confundirse con el aroma de humo, puede percibirse poniendo unas gotas de bourbon en la mano y frotando hasta que las manos parezcan pegarse ligeramente. Entonces el alcohol se habrá evaporado, pero el aroma a madera permanecerá. Se siente al juntar las manos y oler entre ellas. ¡Toda una experiencia!
A quienes no les gusten los aromas dulces y amaderados, les resultará un poco más difícil aproximarse a un bourbon, dice O’Callaghan. Pero anima a la gente a probar un bourbon puro. “Por ejemplo, a mí me gusta beber Eagle Rare puro con barbacoa estadounidense: ¡es una combinación perfecta!”
El bourbon es, en consonancia con el estilo de vida estadounidense, “un poco más informal” que otros whiskies, afirma O’Callaghan. El ligero dulzor del bourbon también lo predestina para los cócteles. Así que: ¡hora de preparar tragos!
Dos recetas de cócteles con <i>bourbon</i>
• Para el verano:
Mint Julep:
Es la bebida emblemática de la mundialmente famosa carrera de caballos Kentucky Derby, que se celebra en Louisville desde hace casi 150 años. “Cuanto más calor hace, mejor sabe”, dice O’Callaghan. Y así es como funciona:
Ingredientes:
- 5 cl de bourbon (“preferentemente Woodford Reserve”),
- 1 cuchara de bar (equivalente a unos 0,5 cl) de jarabe de azúcar (proporción de mezcla 2:1),
- un buen puñado de hojas de menta,
- hielo picado;
- al gusto: bitters y nísperos fermentados (“no forman parte de la receta original, sino que son un añadido mío”).
Preparación:
- En un vaso, machacar las hojas de menta, los nísperos si se utilizan, y el jarabe de azúcar con un mortero.
- Agregar el whisky y llenar el vaso con hielo picado;
- remover todo bien con una cuchara larga.
- Si lo desea, puede añadir unas gotas de bitters, que podría describirse como un condimento alcohólico para cócteles. (¡No hay que confundirlos con los licores amargos!).
• Para cualquier época del año:
Continental Sour:
Es una versión mejorada del clásico whisky sour, que también lleva oporto. “Es mi bebida favorita”, dice O’Callaghan. No solo porque sabe bien, sino también porque queda bien ópticamente por la “mancha de sangre” del oporto en el vaso.
Ingredientes:
- 6 cl de bourbon,
- 3 cl de zumo de limón (“¡recién exprimido!”),
- 3 cl de sirope de azúcar moreno (proporción 2:1),
- 1 clara de huevo,
- 1,5 cl de Oporto,
- cubitos de hielo;
- al gusto: bitters.
Preparación:
- Poner todos los ingredientes excepto el oporto en una coctelera y agitar enérgicamente. O’Callaghan aconseja sacudir una vez “en seco”, es decir, sin hielo.
- A continuación, añadir hielo y volver a agitar.
- Luego, colar el contenido en un vaso lleno de cubitos de hielo.
- Ahora agregar con cuidado el oporto para crear ese juego especial de colores y el toque de sabor.
- Si lo desea, pueden sumarse también unas gotas de bitters.
En principio, el whisky sour también funciona sin clara de huevo. Pero a O’Callaghan no le gusta prescindir de ella, por la corona espumosa que la clara de huevo proporciona a la bebida y que le confiere una textura especial. También hay sustitutos veganos de la clara de huevo, como el agua de cocción de garbanzos.