Cargando...
No estamos acostumbrados todavía a su uso cotidiano, pero vemos cada vez más raíces de jengibre a la venta en todos los supermercados y mucha gente que todavía se pregunta: “¿Esto para qué es?, ¿cómo se usa?, ¿se come solo?”. Hoy vamos a hablar un poco de esta extraña raíz que les encanta a los asiáticos.
Después de la pimienta, el jengibre era la segunda especia en orden de preferencia por parte de los romanos. Se sabe que en Asia se cultiva desde hace 3000 años y es el condimento por excelencia de la cocina oriental. En la cocina europea siempre ocupó un lugar de gran importancia en el conjunto de especias empleadas, tanto en platos dulces como salados, a pesar de ser un producto caro. En el Nuevo Mundo recién estamos empezando a acostumbrarnos a su sabor, gracias a la influencia de las colectividades extranjeras.
Lea más: Té de jengibre y canela, ideal para la combatir la retención de líquidos
El jengibre (Zingiber officinale) pertenece a la familia de las zingiberáceas, como el cardamomo y la cúrcuma, cuyas especies contienen aceites en los rizomas o semillas usadas para agregar un sabor picante y agradable a los alimentos y bebidas. De la planta solo se utiliza su tallo rizomatoso subterráneo, del cual se levantan brotes aéreos. Nutricionalmente está repleto de macro y micronutrientes, ácidos grasos y aminoácidos. Está clasificada como una de las especias más saludables del mundo.
Las raíces más jóvenes y tiernas son jugosas y carnosas, con un suave sabor. Las raíces maduras son fibrosas y secas, el sabor picante se acentúa, y a menudo se utilizan en la cocina oriental para disimular otros aromas y sabores más fuertes, como el de los mariscos y la carne de cordero.
Al igual que el ajo, se utiliza siempre en pequeñas cantidades, pelando y rallando las raíces frescas o esparciendo el jengibre en polvo como una especia. La raíz de jengibre se conserva bien en la heladera durante tres semanas sin pelar. También, se puede mantener congelada durante meses.
Lea más: Seis datos clave que hay que saber del jengibre
El jengibre es intenso; su sabor es muy fuerte, algo picante y muy aromático, por lo que conviene ir probándolo hasta lograr el punto deseado. Al cocinarse se torna agradable y pierde su picor, pero nunca se desvanece su aroma.
Excelentes propiedades del jengibre
El jengibre tiene muchos usos en el mundo de la medicina natural, pues cura los resfríos, la gripe y alivia los mareos. Es un ingrediente muy utilizado en la actualidad, no solo como condimento de diferentes platos, sino también como parte de suplementos comerciales que poseen grandes beneficios. Esto es, en parte, debido a sus valiosas propiedades.
Se ha demostrado que el jengibre posee potentes antioxidantes, incluso con un efecto superior al del ajo. Es una buena fuente de minerales, como el selenio, potasio, hierro, magnesio y zinc, y entre sus vitaminas se destaca la E y del complejo B, sobre todo el ácido fólico. Todo ello hace que esta raíz sea un buen ingrediente para dietas de deportistas o quienes buscan neutralizar el efecto de los radicales libres del oxígeno (el envejecimiento celular).
Algunos beneficios del consumo de jengibre
- Mejora la digestión. Gracias al aumento de la saliva y los fluidos digestivos, el jengibre contribuye a aumentar la motilidad gástrica del estómago. En otras palabras, ayuda a mejorar el proceso digestivo. Basta con masticar un pequeño trozo pelado.
- Ayuda a combatir la inflamación. Se recomienda en el tratamiento natural de enfermedades inflamatorias o dolorosas, como la artritis, la artrosis, el reumatismo, la fibromialgia o la fatiga crónica.
- Calma las náuseas. Ayuda a calmar la sensación de mareos y naúseas, y previene el malestar estomacal. Está recomendado para aquellas personas que estén llevando un tratamiento de quimioterapia y, también, en los primeros meses del embarazo, debido a que no ocasiona efectos secundarios ni al feto ni a la madre. También es un suplemento ideal para prevenir los mareos en los viajes.
- Ayuda en la diabetes. El jengibre es naturalmente bajo en GI (índice glucémico) y ayuda a mejorar la diabetes, reduciendo los niveles de glucosa y manteniendo los niveles normales de azúcar. También ayuda a disminuir la presión sanguínea y el colesterol.
- Previene la enfermedad de Alzheimer. En la medicina tradicional china, las hierbas y especias que contienen altos niveles de fitoquímicos, como es el caso del jengibre, son usadas como un preventivo del alzhéimer.
Lea más: Saborizá carnes o ensaladas con esta lactonesa de cúrcuma y jengibre
- Es descongestionante y antihistamínico. El jengibre ayuda a mejorar la congestión cuando hay síntomas de gripe o catarro, y previene los dolores de cabeza y garganta. Es muy útil en casos de afonía y para cantantes profesionales.
- Ayuda a bajar de peso. Puede actuar como un quemador de grasa. Da una sensación de saciedad que permanece por más tiempo. Para ello, basta con añadir trozos de jengibre en el agua: servirá para desintoxicar el cuerpo y, además, le da un sabor peculiar.
- Contra la acidez. El jengibre inhibe el reflujo ácido; es decir, ayuda a aliviar los efectos de la acidez estomacal, incluso mejor que algunos medicamentos químicos.
- Es calorífico. Tiene un alto potencial calórico, tanto si lo tomamos como si lo aplicamos externamente. Se recomienda especialmente a personas friolentas y en épocas de frío. En épocas de calor debemos tener en cuenta que puede aumentar la sudoración. Esta propiedad calorífica también promueve que se acelere el metabolismo y activa la enzima encargada de asimilar la absorción de los nutrientes esenciales.
- Reduce la flatulencia. Gracias a su gran capacidad de mejorar la digestión, ayuda a aliviar los síntomas de la flatulencia (sensación de hinchazón y gases) y mejora la hinchazón de abdomen.
Usos del jengibre en la cocina
El jengibre aporta un sabor único a los platos, ya sean salados o dulces, pero debe ser utilizado en pequeñas proporciones. Tiene un sabor muy peculiar, ligeramente dulce, refrescante y picante, que podemos aprovechar tanto en comidas como en bebidas y postres, ya que su consumo habitual aporta múltiples beneficios.
Hay que acostumbrarse a su sabor entre ácido y picante, tan agradable al paladar como al olfato. Para utilizarlo fresco, solo debemos raspar la raíz para quitarle su piel y, después, podemos rallar el jengibre o picarlo, finamente para adicionarlo a diferentes preparaciones y disfrutar sus beneficios.
1. En jugos y aguas saborizadas. Los mejores jugos para combinar con el jengibre son el de zanahoria, naranja, mandarina, pomelo, pera, piña y manzana. Simplemente hay que pasar un trozo de raíz de jengibre fresca por el extractor de jugo e incorporar el líquido obtenido a los jugos frescos. Un trozo de raíz puede usarse también en aguas saborizadas con pepino, menta, limón y mucho hielo. También es un ingrediente muy usado en algunos vinos especiados.
2. En batidos y licuados. Adquieren un sabor ligeramente picante y más definido al adicionar una cucharadita de raíz de jengibre rallada. Su sabor hace que sea excelente para añadirlo a batidos con frutilla, naranja, mango o hierbas frescas, pero evitando los que contienen leche vacuna.
3. En compotas. Mientras se hierve la fruta en el líquido se pueden incorporar algunos trocitos de jengibre fresco pelado, para darle una nueva dimensión a la compota de pera, manzana, ciruela, durazno o cualquier otra fruta. Servir caliente durante el invierno o fría para paliar el calor del verano.
4. En aderezos. Un trozo de raíz fresca de jengibre pelado es una excelente opción en el aderezo de una ensalada de hojas verdes. Se puede mezclar con aceite de oliva, jugo de limón, miel, sal y pimienta.
5. En el té y algunas infusiones. Con unas rodajas de raíz de jengibre fresco y un poco de agua caliente se puede preparar el famoso té de jengibre. Pero también se puede adicionar en el té común, té verde, té blanco y algunas infusiones de hierbas, como la menta, lavanda o tilo. Deje el jengibre en contacto con el agua hirviendo unos minutos para que desprenda su sabor y endúlcelo con un poco de miel o edulcorante.
6. En frituras. Picar la raíz de jengibre o desmenuzar con el mortero y agregar a un wok al comienzo de la cocción de las frituras junto con el aceite y el ajo. El resultado será un delicioso plato con un suave sabor oriental.
7. En los purés. El jengibre fresco puede ser el perfecto acompañamiento para algunos purés de verduras. Córtelo en trozos y sofríalo junto con las verduras que vaya a utilizar. Queda delicioso en el puré de batatas, calabaza, nabos, lentejas, manzana y zanahoria.
8. En repostería. Por ejemplo, podemos elaborar galletas con jengibre y miel o una torta de té negro al jengibre, así como también se puede preparar jengibre confitado para decorar o añadir en tortas, tartas, galletas, bizcochos y otros panes dulces.
9. En la mesa. También es posible elaborar platos calientes y salados con jengibre, como un ave con naranja y jengibre, una crema de zanahoria y jengibre; unos noodles picantes con pollo, chile y jengibre o un arroz al curry. El jengibre combina muy bien con la salsa de soja y curry, y se utiliza en guisos de carne y aves, chutneys, sopas de verdura e, incluso, platos con queso.
Cómo se usa el jengibre
Se recomienda empezar tomando un trozo pequeño (de no más de 1 centímetro) porque el jengibre tiene un sabor algo picante y puede que no guste a todo el mundo al principio. De todas formas, no hace falta añadir grandes cantidades; con utilizar entre 1 y 3 cm de jengibre en cada uso es suficiente. Pero también puede ser aplicado de forma externa y local: es el caso de torceduras, esguinces, moretones, golpes, inflamaciones locales, artritis, etcétera.
Raíz cruda: la podemos rallar e incluir en recetas de todo tipo.
En polvo: se aconseja no superar la dosis de 2 gramos diarios.
Confitado: es como un caramelo, con alto contenido de azúcar.
En infusión: la raíz o el polvo disuelto en infusión caliente es ideal para personas friolentas.
Jugo fresco: nos permite dar un toque original y medicinal a jugos de manzana, piña, zanahoria y otros.
Aceite esencial: en algunas herboristerías se consigue en aceite esencial, que podemos usarlo para dar masajes, mezclado con una crema hidratante. Al poco tiempo se puede notar el gran calor que desprende.