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El cuerpo se deshidrata con mayor facilidad en verano y es importante encontrar fuentes de hidratación, minerales y proteínas para evitar los golpes de calor. En esta época es necesario beber más agua, tomar comidas ligeras y consumir fruta y verdura. Hay alimentos ricos en vitaminas, minerales, proteínas y aguas que conviene incluir diariamente en nuestra dieta.
Qué comer en verano
Arroz integral. Con mucha fibra, el arroz ayuda a estabilizar los niveles de glucosa, y ofrece saciedad para mantenernos alejados de la cocina por más tiempo.
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Manzanas. La fruta contiene ácido ursólico, una sustancia que se encuentra en la piel y ayuda a aumentar el tono muscular y prevenir la fatiga, especialmente en verano cuando se realizan más actividades físicas.
Bananas. Es ideal para ingerir antes de dormir, gracias a su alto contenido en serotonina, melatonina y magnesio. Además, es muy buena luego de realizar deportes, porque te permite relajar la musculatura.
Melón. Si no eres amante de la sandía, la mejor opción es el melón, otra fruta refrescante, con casi un 90 % de agua. Es depurativa, genera sensación de saciedad, aporta antioxidantes y es rica en vitamina A y C, entre muchas otras cualidades saludables.
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Sandía. La fruta del verano por excelencia y, seguramente, la más refrescante. No solo es una gran fuente de agua (92 % de su composición), sino que además tiene un alto contenido de vitaminas C y A, y apenas entre 50 y 60 calorías por porción.
Semillas. Son las grandes aliadas para combatir el estreñimiento que los viajes y cambios de agua suelen generar. Puedes tomarlas en remojo, con yogur o solas, trituradas, para disfrutar de su alto contenido en fibra soluble y mejorar el tránsito intestinal.
Hojas verdes. Las ensaladas son las mejores amigas del verano: te mantienen hidratado, pierdes peso y obtienes numerosos nutrientes en el proceso. Las verduras de hojas son una gran fuente de proteínas y minerales, y hay muchas variedades para no aburrirse de ellas.
Tomate. Uno de los mejores alimentos para proteger tu salud, el tomate es un gran antioxidante, ideal para prevenir las enfermedades cardiovasculares y retrasar el envejecimiento celular. Además, tiene carotenoides, pigmentos orgánicos que ayudan a proteger los ojos del sol.
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Zanahoria. Es el mejor aliado para tomar color en la piel, ya que es rica en carotenos, una sustancia que activa los melanocitos de la piel, potenciando el bronceado y protegiéndote del sol. Lo ideal es comerla cruda para absorber la mayoría de sus vitaminas y minerales.
Semillas. Son las grandes aliadas para combatir el estreñimiento que los viajes y cambios de agua suelen generar. Puedes tomarlas en remojo, con yogur o solas, trituradas, para disfrutar de su alto contenido en fibra soluble y mejorar el tránsito intestinal.
Pepino. Una verdura sumamente liviana y sin casi calorías (16 por cada 100 gramos), es clave para mantenerte hidratado con el calor. Además es una manera ideal de eliminar toxinas y reponer las vitaminas que pierdes con el calor.