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Propiedades de las frutillas
Las frutillas son muy bajas en calorías y azúcares, y ricas en vitamina C y calcio, entre otras propiedades. Ahora que es temporada de cosecha están a muy buen precio y conviene conservarlas para el resto del año.
Las frutillas (también llamadas fresas) son plantas relativamente fáciles de cultivar y pertenecen a la familia de las Rosáceas al igual que las frambuesas.
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Esta fruta pequeña y carnosa es de gran valor para nuestro organismo, ya que tiene propiedades muy interesantes, como ser la de ayudar en la eliminación del ácido úrico. Esto se debe a la cantidad de ácido salicílico que contiene, que ayuda a eliminar mediante la orina el exceso de ácido úrico que se forma en quienes padecen de artritis, reuma o gota.
Por su alto contenido en sílice, colabora en limpiar la sangre influyendo en mejorar el funcionamiento del hígado, vesícula y riñones.
Es refrescante, tónica, mineralizante y, al contener fósforo, también ayuda a fortalecer el sistema nervioso.
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Es una fruta muy rica en vitamina C, tan importante para nuestro organismo como lo es prevenir los estados gripales, envejecimiento de la piel, debilidad muscular, etcétera. Unos 100 gramos de frutillas contienen 60 miligramos de vitamina C y este valor equivale a 10 veces más de lo que contienen las naranjas.
Siendo una fruta rica en hierro, es muy bueno su consumo para combatir la anemia, además es estimulante del apetito, colaborando en ello sus cualidades aromáticas que, al actuar sobre el olfato y el gusto, estimulan el apetito.
Aportan también cantidades considerables de minerales como calcio, yodo, azufre, sílice, magnesio, bromo y cloro. Es particularmente rica en calcio, lo que favorece al sistema óseo sobre todo en la pre y posmenopausia.
Y dos condiciones muy interesantes: aporta muy pocas calorías, –ideal para personas con sobrepeso–, y por su bajo contenido de azúcares, es una fruta permitida para las personas diabéticas, obviamente comiéndolas solas y en cantidades razonables.
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Sin embargo, las frutillas pueden producir reacciones alérgicas en algunas personas, debiendo en esos casos abstenerse de su consumo o bien comenzar a incorporarlas de a poco, pero nunca mezcladas con otras frutas, y lejos de las comidas principales, siempre previa consulta con el médico tratante.
Cómo se reproducen las frutillas
Las frutillas se reproducen por división de mata (también se puede hacer por semillas, pero es más complicado). Las plantas originan unos tallos especializados denominados “estolones”, cuyo extremo se introduce en el suelo y da lugar a una planta hija.
Son estas plantas hijas las que se utilizan para resiembra, separándolas de la planta madre a fin de otoño, (principios del invierno). En esta época, puede procurar plantas de alguien que ya tenga un cultivo o bien comprarlas en algunos viveros y comenzar su plantación.
Unas 10 plantas son suficientes. Las plantas madres continúan dando frutillas, pero el tamaño disminuye luego de 2 o 3 años de producción, por lo que conviene reemplazarlas por plantas jóvenes.
Necesita suelos sueltos, medianamente ricos y arenosos y media sombra.
Las frutillas estarán en su punto óptimo cuando sean casi completamente rojas y su carne aún firme. En este estado tienen el máximo de azúcar y la mayor concentración de ácido ascórbico (vitamina C). Si se desea conservarlas más tiempo, hay que cortarlas cuando están pintonas. Madurarán progresivamente, pero el sabor no es el mismo que cuando maduran en la planta.
Consejos para saborear mejor las frutillas
Comprar las frutillas firmes y sin manchas.
Conservar las frutillas sin lavar en un envase hermético en la heladera, hasta el momento de consumirlas.
Excepto que se desee que suelten sus jugos (para compota, licuados, dulce, etcétera), lavarlas enteras y con el cabito. No dejarlas mucho tiempo en el agua porque pierden sabor y nutrientes. (Si se las lava sin el cabito, por el agujero que dejó el cabito entrará agua y las frutillas perderán su sabor original y se arruinarán rápidamente).
Una vez lavadas, quitarles el tallo, prepararlas y servirlas enseguida.
Estando en perfectas condiciones, las frutillas pueden durar hasta 10 días en la heladera.
Las frutillas también se pueden conservar congeladas durante varios meses. Para congelarlas, se lavan con el cabo, se dejan orear y se espolvorean con azúcar. Se guardan en cajas herméticas. O bien se licúan y se guardan como jugo. Se pueden mantener un año congeladas de esta forma.