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Mucha gente no consume ajo debido a su olor persistente, a pesar de sus múltiples propiedades. Considerando esto, los japoneses desarrollaron el ajo negro, un producto que no presenta ese color ni olor por estar tostado, sino porque es sometido a un proceso de fermentación durante sesenta días, sin aditivos, y a una temperatura y humedad determinadas. Te contamos algunas curiosidades más sobre el ajo negro.
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Así, después de este tiempo de fermentación, los científicos encontraron que el ajo no solo había cambiado su color, sino que también había perdido casi el 97 % del olor que tenía. Al realizar análisis cualitativos, vieron que sus propiedades se habían multiplicado, de forma asombrosa, por diez.
A su principal componente, la alicina, se le atribuyen propiedades antioxidantes y protectoras del sistema inmunológico, contribuye a mantener niveles correctos de la presión arterial y ayuda a la eliminación de lípidos y colesterol.
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Además, el ajo negro es un energizante natural consumido por atletas de alto rendimiento. Su sabor es afrutado, pero con múltiples matices, de consistencia blanda, lo cual lo hace muy fácil de digerir, eliminando por completo el mal aliento posterior. Incluso se puede comer como si fuera un caramelo. La comunidad japonesa en Mendoza, Argentina, fue una de las primeras en desarrollarlo fuera de Japón.