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En ensaladas
Las mermeladas son ideales para preparar salsas agridulces, incluso vinagretas. De hecho, esta es una manera estupenda de aprovechar hasta lo último que quede en un frasco: vertemos en su interior un poco de aceite de oliva y vinagre, añadimos un toque de especias para dar notas de sabor, tapamos y agitamos, hasta que se mezcle bien. Con esta vinagreta conseguiremos mejorar las ensaladas más simples, sobre todo las de hojas verdes.
Otra opción es mezclar la mermelada con un poco de aceite, un toque de kétchup, una pizca de salsa tabasco picante, un chorrito de jugo de naranja, y conseguiremos así una salsa barbacoa muy rápida y sabrosa para acompañar carnes asadas a la parrilla.
Con carnes
Hay parejas célebres de la literatura gastronómica, que unta en mermeladas desde el magret y el confit de pato, hasta el entrecot y el lomito vacuno, sin olvidar alguna pieza de cerdo. Pero no estamos pidiendo tanta audacia a nuestros paladares sudamericanos. Sí es bueno probar, cuando cocinamos carnes a la plancha, a las brasas o al horno, el añadido de un hilito de mermelada reducida entre sus guarniciones y salsas de acompañamiento. La de duraznos, ciruelas o naranjas quedan muy ricas, puesto que son refrescantes cuando se untan sobre el bocado de carne.
Con pescados
El uso de mermeladas frutales no es tan común con los pescados, sin embargo podemos destacar la mermelada de limón. El punto ácido de este cítrico marida bien con los sabores del mar.
Los más atrevidos pueden elaborar una mermelada de tomates y ajo, muy adecuada para acompañar un pescado asado.
Ver más: receta de mermelada de tomates
Las mermeladas de duraznos o damascos con un toque de jengibre también pueden ser buenas opciones para acompañar pescados o carnes blancas, como cordero, aves y hasta con asados de cerdo.
Con quesos
La combinación del dulzor de las mermeladas con el sabor salado del queso es deliciosa. Por eso es tan interesante colocarlas como opción para untar en una tabla de quesos. Con otros quesos untables, como el queso crema y la ricota, resulta una combinación más que interesante.
Con patés
Las mermeladas se pueden utilizar para contrarrestar sabores más grasos; por ejemplo, acompañando a los patés de hígado. En Francia es muy común servir foie fresco, ligeramente dorado a la plancha, con una reducción de mermelada de uva o de frambuesa.
Como base de una tarta
Muchas veces hemos precocinado la masa que servirá de base de una tarta. En ese momento se puede untar con mermelada antes de cargarle el relleno. Esto aplica también a las masas de hojaldre compradas.
Como cobertura o relleno de una torta
Muchas veces no tenemos dulce de leche y optamos por cubrir la torta o rellenarla con la mermelada que tengamos a mano. Pero como salsita, cubriendo un cheesecake casero, ¡es casi indispensable!
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