Vale la pena mirar atrás: Prepara una charla con tu equipo

Algunos creen que es un ritual molesto. Otros, que es un momento indispensable para cerrar una etapa y mirar hacia adelante. En cada empresa las reuniones que pasan revista a un período cerrado son distintas.

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Muchos equipos no hacen nada formal y confían en que las conversaciones que se tienen entre café y café en el pasillo son suficientes. En otras compañías, los jefes máximos convocan a todos, sobre todo cuando el cierre dejó qué desear. ¿Cuál es la mejor opción? ¿Los empleados pueden dar algún tipo de impulso?

Cuántas veces quisiéramos saber cómo ven los demás lo que hacemos, si vamos bien con el ritmo marcado el año pasado y cuáles son las expectativas para un año que acaba de comenzar.

En realidad, nada mejor que ir de frente: preguntar, plantear dudas, consultar. Y si es uno el que convoca al equipo o le traslada esa inquietud al director del grupo, lo ideal es nombrar con la mayor precisión posible qué es lo que se espera de esa conversación.

¿Queremos hablar de los nuevos objetivos? ¿Queremos hacer un repaso de los últimos 12 meses? ¿Hay algunos problemas dentro del equipo que queramos plantear? Si alguien quisiera un aumento, ¿sería un buen marco para poner el tema sobre la mesa? Cuanto más puntuales las preguntas, más posibilidad de que haya una respuesta concreta.

Para el líder de un equipo también es importante analizar de qué se puede jactar el grupo y cuáles son los puntos fuertes de las tareas cumplidas de modo de darle valor al trabajo de todos.

Ahora bien, a la hora de tener la reunión, es fundamental poder escuchar. Pareciera obvio, pero el coach Heiner Diepenhorst explica la importancia de ese momento: "Uno no tiene que aferrarse a la perspectiva con la que entró a la reunión como si fuese la única correcta. Mi mundo no es el de quien tengo sentado enfrente", aclara a partir de su experiencia. Si uno está abierto y dispuesto a escuchar al otro, suele poder ir mucho más lejos, comenta.

Y si uno le ha planteado algún tema reiteradas veces a sus superiores sin tener reacción, Diepenhorst recomienda intentar buscar un ángulo nuevo para volver a traelo a colación. Sacar el tema como siempre no llevará a ningún lado. Más vale intentarlo por otra vía.

Si la conversación pudiera volverse conflictiva por temas salariales, nunca está de más asesorarse antes o incluso pedirle a un representante sindical que esté presente en el encuentro.

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