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El objetivo es que la huella ecológica sea lo menor posible en la rutina diaria. Además, estas pequeñas acciones también sirven de ejemplo a otros.
Para que una oficina sea sostenible, está claro que es importante que el empleador esté convencido de emprender este camino. Pero aunque la empresa en la que uno trabaja no haga demasiado por cuidar el medio ambiente, cada uno puede hacer su pequeño aporte.
Una posibilidad es averiguar cómo transcurren determinados procesos de trabajo y proponer variantes. Por ejemplo: ¿es posible reemplazar las tradicionales tarjetas de navidad que se envían cada año por correo por otras digitales?
También es de ayuda observar en la oficina determinados comportamientos que en casa no se ponen en duda, como apagar las luces de los ambientes donde no hay nadie.
Los sensores en pasillos, depósitos o baños que cortan la luz cuando no detectan movimiento son de gran utilidad. Otra opción es usar las escaleras en vez del elevador. Cuando llega el viernes, hay que desenchufar todos los aparatos y no dejarlos en modo stand-by.
El medio ambiente también puede protegerse a la hora de comprar materiales de oficina. Lo mejor es comprar pocas veces muchos productos que muchas veces pocos. ¿Por qué? Si se hacen pedidos grandes al mismo proveedor se ahorra material de envasado y guardado y se generarán menos emisiones en el transporte. También se puede optar por productos sostenibles, como marcadores recargables.
Por supuesto que el ahorro de papel es un gran tema en muchas oficinas. Para este aspecto, conviene repensar las formas de trabajar. Las pilas de papel pueden ser reducidas mediante aplicaciones digitales. Además, esto no sólo reduce el consumo de papel, sino también de tóners.
Si bien muchas veces esto es responsabilidad de la empresa, que debe crear estructuras digitales correspondientes, muchas veces los empleados imprimen documentos sin necesidad alguna y allí se puede hacer un gran ahorro con sólo tomar conciencia.
En Alemania, un país con una fuerte consciencia ecológica, hay varias empresas que ya trabajan en este sentido. El fabricante de mochilas y bolsos Fond of de Colonia está construyendo un nuevo edificio de oficinas con un fuerte acento en la preservación de recursos. Un centro de control digital lee de forma permanente más de 2.500 sensores y optimiza de esta forma la provisión de energía.
La huella ecológica es importante también para otras empresas alemanas: el fabricante de limonadas Bionade genera electricidad neutral de CO2, según asegura, y anima a sus colaboradores externos a viajar en autobús y tren cuando tienen una cita en la empresa o a hacer videoconferencias. El supermercado Aldi Nord, que está construyendo su nuevo cuartel central en la ciudad de Essen, tendrá estaciones de recarga para autos eléctricos.
Otras empresas sólo ofrecen comidas orgánicas en sus comedores. Pero aunque no se trabaje en una empresa con estas posibilidades, se pueden hacer pequeños aportes, como no usar vajilla descartable o usar bolsas reutilizables cuando se sale a comprar una vianda al mediodía.