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Hermann Josef Kahl, de la Asociación de Pediatras alemanes, recomienda recurrir todo el tiempo posible a tés y otros "remedios" caseros antes de ir a la farmacia. "Lo que más necesitan los niños enfermos es el cuidado de sus padres", asegura.
Claro, si el niño no puede dormir por la noche porque tiene la nariz tapada, se puede recurrir como excepción a algún químico, pero debería ser un remedio adecuado a su edad. "Las gotas pensadas para adultos tienen una dosis demasiado elevada", advierte Kahl.
Además, es importante diferenciar qué es lo que tiene el pequeño. Las soluciones caseras son buenas para los resfríos cotidianos, pero si se trata de algún tipo de infección o de síntoma vinculado al a otitis, más vale aplicar lo que recomiende el médico.