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Se llama síndrome del túnel carpiano y ¿por qué es importante no pasarlo por alto? Porque si no se hace nada para solucionarlo, el nervio podría verse dañado definitivamente. Es más, en caso extremo el pulgar de la mano podría quedar paralizado.
El primer indicador de que uno está sufriendo este síndrome suele darse por la noche, cuando uno siente un cosquilleo, la mano se adormece o duele. "El afectado se despierta varias veces en la noche", describe el neurocirujano Veit Braun, "y en algún momento esas molestias comienzan a aparecer de día, por ejemplo, al estar montando bicicleta o conduciendo el coche".
El túnel carpiano es una especie de pasadizo entre los huesos de la muñeca que forman el carpo y los ligamentos que están encima de esos huesos. Por ese túnel corren tendones y un nervio, el nervius medianus, uno de los principales de la mano, que conecta con el pulgar, el índice y el dedo medio.
Si un nervio de pronto está bajo presión suele ser porque los tendones del túnel carpiano están inflamados. Las causas pueden ser múltiples, pero una de ellas podría estar en un cambio hormonal, ya que los afectados por este síndrome son, en aproximadamente un 70 por ciento, mujeres mayores de 50 años. Otro posible motivo sería una rotura de muñeca que provoque un desplazamiento del túnel.
A veces también se dispara por una sobreexigencia, pero son casos poco comunes, como explica el cirujano Jörg van Schoonhoven.
Si la molestia es más bien leve, los pacientes deben colocarse una férula durante la noche para evitar quebrar la muñeca. La férula puede ayudar, aunque resulte incómoda.
Si los dedos perdieron sensibilidad o si hubo una pérdida de masa muscular, es posible intervenir con una operación. "Depende de la tolerancia de cada paciente", observa van Schoonhoven. En algún momento uno se cansa de estar despertando todo el tiempo en la noche y decide operarse. En la intervención se hace un corte en el ligamento de modo de que se extienda y alivie el nervio.
De todos modos, hay que saber que, al igual que cualquier operación, esta intervención conlleva ciertos riesgos. El nervio puede llegar a verse dañado, también si se hace por endoscopía. La diferencia es que la endoscopía trabaja con un corte en la cara interna de la mano de un centímetro o centímetro y medio en lugar de los dos centímetros de la operación tradicional.
Por lo general, los resultados de ambas intervenciones son similares después de cuatro semanas. Las dos suelen realizarse en forma ambulante y con anestesia local.
Después de unas dos semanas, cuando la herida ha sanado, la molestia suele desaparecer. Si el nervio ya estaba dañado o el síndrome había afectado los músculos, no siempre se puede revertir, por eso es tan crucial hacerse ver por un especialista ni bien comienzan las molestias.