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Pero todos sabemos que hay veces en las que no basta con pasar un trapo húmedo o un cepillo para retirar algunas manchas. Si la lavardora es la única alternativa, te recomendamos colocarlo en la máquina cubierto con alguna funda vieja que ya no utilices.
Eso es sumamente importante para que el calzado no se golpee en el tambor.
Lo mejor es elegir un programa para prendas delicadas y no más de 30 grados. Si están muy sucias, se podría aplicar un máximo de 40 grados.
Antes de echar el programa a andar, retira los cordones, las hebillas y las plantillas.
Una vez finalizado el proceso, es muy importante que el calzado seque bien. Colócale papel de diario o de cocina en la parte interior y que sequen al aire libre. ¡No los seques con la calefacción! Las temperaturas demasiado altas pueden deformar el calzado.