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Esta rutina crea una distancia espacial entre las preocupaciones y los problemas que mantienen despierto al insomne y la situación física de la cama.
El trabajo en casa o sentarse ante el escritorio por la noche son contraproducentes, opina el investigador del sueño Hans-Günter Weeß. "Nunca se debe hacer nada que active", explica. Por otro lado, son recomendables la luz apagada y la música relajada.
Al principio, la meditación puede ser útil, ya que los pensamientos que no dejan dormir se disipan. Cuando aparece el cansancio, ya se puede volver a la cama.
Las personas que todavía se mantienen mental y emocionalmente activas hasta poco antes de irse a la cama tienen más dificultades para conseguir la relajación necesaria para dormirse. Por lo tanto, hay que evitar las situaciones de estrés. Incluso navegar por Internet puede contribuir al insomnio.
Algunas personas tienen trastornos del sueño que requieren tratamiento, pero a las demás la lectura con luz tenue, escuchar música relajante o imaginar un viaje de ensueño pueden ayudarlas a dormir.